El historiador debe abrir puertas, no cerrarlas

17 junio, 2014 at 2:31 pm

Hasta ahora he mantenido este blog con dos posts semanales. Ha implicado un fuerte drenaje sobre mis disponibilidades de tiempo. Acabo de concluir los tres investigaciones que me han tenido en vilo en los últimos años. Uno sobre los tiempos oscuros de los primeros meses de la guerra civil, de la mano de las memorias inéditas de quien fue el “proto-ministro” de Asuntos Exteriores de Franco, Francisco Serrat y Bonastre. No estaban destinadas a la publicación y sí a orientar a sus familiares sobre el clima que encontró en Burgos y Salamanca entre octubre de 1936 y abril de 1937. Contienen algunas sorpresas. El segundo trabajo, de naturaleza transversal, versa sobre la “hábil prudencia” de Franco en temas domésticos e internacionales. Es en estos últimos, como es sabido, en los que al decir de sus panegiristas llevó con mano maestra la nave del Estado. Aparecerá en la primavera de 2015. Ambos en CRITICA. Cuando salgan, algunas reputaciones sufrirán un cierto quebranto. Están basados en esa EPRE que causa espanto a más de un historiador pro o neo-franquista. Y finalmente en septiembre la Universidad de Salamanca publicará un tomazo de la revista anual STUDIA HISTORICA, el último en papel, en el que he coordinado a más de treinta autores para que analicen la literatura aparecida sobre la guerra civil en los últimos años en otros treinta capítulos, tanto en España como, en particular, en el extranjero. En este último caso, sin límite temporal. Es decir, no he estado con los brazos cruzados y he mantenido un ritmo trepidante en este blog.

Hoy me veo obligado a anunciar tres novedades.

La primera es que  de manera inmediata voy a dar comienzo,  con un íntimo amigo, a una investigación, pero en esta ocasión ya muy alejada de la guerra civil. No deseo desvelar el tema pero se trata de una cuestión que, en su momento, dio origen a enconadas disputas. Llevará tiempo, quizá dos años, hasta que sus resultados puedan publicarse. No gustarán a mucha gente pero, como siempre he tratado de hacer, hará ver la conveniencia de seguir abriendo brechas y de no cerrar puertas.

Esta nueva investigación limitará mis posibilidades de hacer otras cosas. Ello me obliga a alimentar este blog a  partir de ahora con un post semanal. Los martes. Para que los posts sean interesantes  por sí mismos, hay que elegir bien los temas, concentrarse en ellos  y determinar sus rasgos esenciales. Y esto exige tiempo. Algo que volverá a ser un recurso escaso.

Como hasta ahora no dejaré de comentar libros que me han impactado, se conozcan en España o no. El lector no debe olvidar que mientras el actual Gobierno seca las fuentes de financiación para la investigación en prácticamente todos los dominios del saber y lanza eslogan tras eslogan sobre la inminente recuperación económica, nuestros licenciados, doctores e investigadores comparten con una amplia masa de la juventud  española horizontes sin esperanza o emigra mientras los sistemas de enseñanza pública y de salud se desmoronan a pasos agigantados

Esto no ocurre en otros países. No porque sus ciudadanos sean más listos sino porque tienen la ventaja de contar con gobiernos menos lerdos. No es de extrañar que en ellos se produzcan avances en casi todas las ramas del conocimiento. Aquí, en este blog, me interesan los que tienen lugar en historia contemporánea (es decir, de la que surge desde el descalabro del sistema de Versalles) y algunos de tales libros tienen relevancia para nuestra propia historia.

La semana que viene daré un aldabonazo sobre un tema que, si se traduce al castellano el libro en el que me baso, alimentará la discusión historiográfica española.