CORRIGIENDO A UN ACADÉMICO DE LA HISTORIA

17 noviembre, 2015 at 8:30 am

Ángel Viñas

El lema de este blog es «con mitos no se construye la historia». Es lo que lo justifica o, para mí, justifica la inversión en tiempo que reclama. Y, como es sabido, el tiempo es un bien precioso. Pasa y no se recupera nunca. ¿Es necesario deshacer mitos? En la medida en que el mito es una manipulación o adaptación manipuladora del pasado, la respuesta para mi es afirmativa. Cabe vivir de mitos pero yo todavía no estoy convencido de que en el siglo XXI algunos de los postulados de la Ilustración o de las Luces hayan perdido relevancia. Dejar atrás el mito es dar un paso hacia adelante en la toma de conciencia de nuestra cualidad como seres humanos pensantes y racionales.

Captura de pantalla 2015-11-06 a las 16.18.38En general no utilizo este blog, del que soy único responsable, para criticar sin motivo a otros colegas. Lo he hecho, sí, en el caso del profesor Payne en su tratamiento del tema de Gernika. Me ratifico en ello. Ahora ha surgido una de esas situaciones con las que sueña todo «desmitógrafo». La confrontación entre verdad y no verdad. La contrastación documental contra el mito. La manipulación contra la no manipulación. Lo blanco contra lo negro.

En una notable entrevista publicada el pasado 6 en el periódico EL MUNDO consultada en internet el mismo día, y bajo la presentación «El historiador que más ha trabajado los archivos personales del dictador (autor de su muy criticado retrato en el Diccionario biográfico) entrega su último libro, Franco y el Reich, afirmó ante la pregunta siguiente:

«¿Vio el libro de Ángel Viñas de este año? Dice que Franco se hizo millonario en la guerra?» Es una pregunta correcta, clara, que responde a una realidad constatable.

¿Cuál fue la respuesta que reproduzco en itálicas y en negrita?

«Eso es absurdo. Yo he visto las cuentas de Franco. Tenía algún dinero ahorrado, pero lo de millonario no tiene fundamento«.

Se podrá estar de acuerdo o no con lo que afirma el profesor Suárez en otros aspectos en dicha entrevista. En lo que al tema de los millones de Franco resulta obvio que su respuesta es clara nítida… pero, desgraciadamente para él, es falsa con total falsedad.

Es absurdo: no lo es en modo alguno. Franco entró en guerra sin un duro y salió de ella con muchos millones de pesetas.

Yo he visto las cuentas de Franco: no las que yo sí he visto.

Tenía algún dinero ahorrado: depende de lo que se entienda por «algún». Para mi el tener en cuentas, el 31 de agosto de 1940, 34, 3 millones de pesetas no es el proverbial chocolate del loro.

Lo de millonario no tiene fundamento: ¿no ha estudiado los documentos que constan bajo la signatura 24577 en los archivos de la Fundación Nacional Francisco Franco?

De estas sencillas contraposiciones cabe extraer ciertas conclusiones.

1ª El interrogado afirma una cosa que es falsable por referencia a los documentos de época

2ª La afirmación de haber visto los documentos de Franco se queda corta. Hay centenares de documentos de Franco que el profesor Suárez ni ha visto ni, a lo que parece, se le ha pasado por la mente ver.

3ª No ha visto, por ejemplo, en relación con la fortuna de Franco, los que se han conservado (después de varias quemas) en lo que queda de los archivos de la Casa Civil de Su Excelencia el Jefe del Estado (SEJE).

4ª No ha tenido la menor curiosidad por acercarse a los archivos históricos del Banco de España que, aunque no muy reveladores, sí contienen datos de interés.

5ª Evidentemente no ha leído mi libro porque, de haberlo hecho, podría haberse enterado que el documento con la signatura 24577 está en él reproducido fotográficamente.

6ª Tampoco se habrá dado cuenta de que dicho documento se encuentra digitalizado en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca.

7ª Se pasa por la pernera de los pantalones el dato, constatable, de que una parte de dicho documento se reprodujo en la revista Tiempo el 11 de junio de 2010.

8ª Al negar la mayor, el tan ilustre académico de la Historia se comporta de forma perfectamente adjetivable. El adjetivo correspondiente se lo pueden imaginar mis amables lectores.

Con lo que antecede es obvio que ya no se puede pedir al tan alabado profesor Suárez que indague en los procedimientos por los cuales Franco se hizo con dicha fortuna. Dos están documentados y uno de ellos contiene el expediente bastante completo.

Como el interrogado se empeña en no ver, no leer ¿cuál es su respuesta a la siguiente pregunta, también correcta y clara?

«¿Diría que el franquismo nació corrupto

La respuesta, que reproduzco en itálicas y negrita, es de una simpleza sobrecogedora:

«Si no había dinero, mucha corrupción no podía haber… En todo caso, había mercado negro«.

Una respuesta en dos partes. No hay dinero, ergo no hay corrupción. No llego a aprehender la lógica. Circulaban pesetas. La masa monetaria era cuantificable. Cualquiera que fuese el estado de la economía, los españoles no se habían dedicado al trueque. Mis padres tenían una tiendecita y, aunque a veces tenían que dar crédito, recibían dinero en efectivo.

¿El mercado negro no generaba corrupción? Lo más que puede decirse es que no está demostrado, documentalmente, que SEJE acudiera a él en su insospechada, insólita y sorprendente condición de vendedor de café (que habría que añadir a sus numerosos cargos). Cuando recibió 600 toneladas del mejor café del Brasil (regalo del dictador Getúlio Vargas), lo traspasó a la CAT (Comisaría de Abastecimientos y Transportes) al correspondiente precio de tasa (inferior al del mercado negro) para que lo vendiese.

El producto de la venta, 7,5 millones de pesetas de la época, se transfirió a las cuentas personales del Caudillo en el Banco de España. Todos contentos. SEJE porque no había trapicheado. Los funcionarios de la CAT porque, como organismo corrupto hasta la médula, probablemente encontraron la posibilidad de evacuar algunos kilitos al mercado paralelo.

Pregunta: ¿Por qué el profesor Suárez niega la evidencia?

Se me ocurren las siguientes razones:

1. Ha perdido la capacidad de leer, agotado tras el bodrio de su Franco y el Tercer Reich1.

2. La evidencia no le encaja con su imagen de Franco. Y entre la realidad y el mito, nuestro eminente autor prefiere el mito. Como en El hombre que mató a Liberty Valance.

3. La imagen de un Franco forrándose el riñón mientras sus soldados luchaban y morían en los frentes es absolutamente inaceptable. ¡Adónde vamos a parar!

4. Si, como se demuestra en alguna documentación de la Casa Civil, uno de los canales por los cuales Franco acumuló una fortuna fue a través de «desvíos» de entregas a las diversas suscripciones patrióticas que se abrieron durante la guerra hoy algunos podrían pensar que SEJE se comportó, sencillamente, como un mero «chorizo».

Otras razones las dejo a la mejor especulación de los amables lectores.

El libro del profesor Suárez da para más posts. Escribiré algunos y así tendremos, quizá, varias ocasiones de reírnos un poquito. Lo pasaremos, quizá, mejor que los asistentes a la presentación formal de su «obra magna» el pasado 12 de noviembre en el Casino de Madrid.


1 El calificativo utilizado se demostrará ampliamente en otro lugar, con el debido aparato documental y de forma académica, que a nuestro estimado autor parece le es ajena.