UN FRANQUISMO, ¿IMPERECEDERO?, QUE SIGUE MINTIENDO (I)

28 septiembre, 2021 at 8:30 am

Angel Viñas

La única forma que se me ha ocurrido para llevar un blog semanal es programar los sucesivos posts con cierta antelación. Así, al menos, puedo pensar y reflexionar un poco para abordar esta agradable tarea que empecé, por sugerencia de Carmen Esteban de la Editorial Crítica, en diciembre de 2013. La he mantenido con una sola interrupción que recuerde, a finales del año pasado y principios de este, porque la carga de trabajo, con un nuevo libro a punto de salir, era ya humanamente insoportable. A la rentrée de este año, la carga había disminuído, pero solo ligeramente. Por eso no quise reaccionar en caliente a una noticia aparecida en LA RAZÓN, un periódico madrileño muy connotado. Me apresuré, eso sí, a subirla a Facebook y a Twitter tan pronto la leí. Fue en un día en que estaba atareado con visitas médicas que suelo hacer durante el mes de septiembre.

Los amables lectores quizá recuerden de qué noticia se trataba. El artículo del mencionado periódico, anticipatorio y supongo que redactado a petición de los interesados, versó sobre una asociación a punto, al parecer, de crearse. Como es preceptivo, sus promotores habían presentado sus estatutos al Ministerio del Interior con el fin de obtener la preceptiva inscripción en el oportuno registro. Sin ella no podría dar comienzo a sus actividades. Se trata de una denominada ASOCIACIÓN NACIONAL DE VÍCTIMAS DEL FRENTE POPULAR (en lo sucesivo ANVFP).  

LA RAZÓN no indicó el nombre de los firmantes de tal iniciativa. Se limitó a señalar que detrás de ella se encontraba un grupo de personas de talante conservador (sic) y entre las mismas algunas relacionadas, aunque a título particular, con la FNFF. Esta Fundación sigue en el cartelero y corren rumores varios sobre ella. No siempre tranquilizadores para la misma. Según informó el periódico, la iniciativa fue una reacción al proyecto de Ley de Memoria Democrática, cuyos trámites de cara a su aprobación en el Congreso ya han comenzado.

Al parecer,  la fundamentación del “nasciturus” (permítaseme esta analogía un tanto impropia) estriba en que la interpretación que de la historia de la República y de la guerra civil ha venido esparciéndose en España desde hace años choca con la realidad histórica. Ni más ni menos.  Esta última, para los progenitores de la mencionada criatura a punto, o no, de nacer, se caracterízaría por los siguientes rasgos fundamentales:

  1. La guerra civil fue inevitable.
  2. La buscó y promovió el Frente Popular.
  3. El Frente Popular fue, en consecuencia, responsable de la contienda.
  4. El lado nacional se vio obligado a defenderse por natural espíritu de supervivencia.
  5. La reconciliación entre los españoles la promovió el bando vencedor.
  6. En ella se incluyeron a los descendientes de quienes habían provocado y perdido la contienda.
  7. En la España de Franco ocuparon “puestos relevantes en todos los estamentos sociales, culturales, económicos y políticos, sin ser discriminados por su ideología”.

Los amables lectores tienen la posibilidad de aprender más sobre los fines de la futura Asociación acudiendo al articulo mencionado y a otros a que dio lugar.  A lo mejor, incluso, la FNFF lo ha divulgado. Servidor se limita a la noticia original y  se permite observar que las siete afirmaciones anteriores son, pura y simplemente, otras tantas mentiras.

LA HISTORIOGRAFÍA QUE HA IDO HACIÉNDOSE EN ESPAÑA Y EN GRAN PARTE DEL EXTRANJERO SOBRE EL FRENTE POPULAR Y LA GUERRA CIVIL DISCREPA ABIERTAMENTE DE LOS POSTULADOS 1 a 4.

IGUALMENTE LA QUE HA IDO APARECIENDO, TAMBIÉN EN ESPAÑA Y EN EL EXTRANJERO, SOBRE EL PERÍODO 1939-1975 NO PARECE QUE COMPARTA LOS POSTULADOS 5 A 7.

Lo que antecede no significa que no haya habido políticos y periodistas en primer lugar y luego comentaristas, influencers y algún que otro historiador que las hayan defendido, en todo o en parte.¡Faltaría más! Fuera de España se trata de un número limitado (e incluso algunos de ellos no sé si aceptarían la totalidad de tales afirmaciones). Algo de eso sé, sin autoproclamarme especialista en lo que se escriba en el extranjero, que es por cierto donde radico.

Tanto personalmente como con apoyo y  en colaboración con el profesor Juan Andrés Blanco, que acaba de jubilarse como catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Salamanca, edité en 2014 y 2017 respectivamente dos gruesos ensayos sobre la historiografía española y extranjera entonces más reciente sobre la guerra civil y sus antecedentes. La mayoría refuta tales aserciones, salvo por lo general en países que han tenido la desgracia de padecer una dictadura de signo contrario y en los que, por consiguiente, no se ha sido nunca suficientemente antisoviético. (Ambas obras se encuentran en ediciones digitales, la primera en la revista STUDIA HISTORICA. HISTORIA CONTEMPORANEA  y  la segunda en Marcial Pons digital).

Los postulados en cuestión también se han abordado, sucintamente, en otros dos títulos que he tenido el honor de dirigir: En el combate por la Historia (Pasado&Presente, Barcelona) y en una crítica a la biografía de Franco escrita por el profesor Stanley G. Payne y el exCEDADE Jesús Palacios Tapias aparecida en edición digital bajo el título Sin respeto por la Historia. Una biografía de Franco manipuladora (https://e-revistas.uc3m.es/index.php/hispnov/issue/view/448).  Igualmente lo he hecho en varios artículos. Varios publicados en este blog mismo.

Confieso que no he vuelto al tema en los últimos cinco años. A lo mejor en la Hungría de Orbán o en una Polonia sumida en las pesadillas de su historia, las cosas han cambiado algo, habida cuenta del acercamiento entre los gobiernos respectivos sobre el que informa la prensa. En la Francia donde trepa Le Pen todo lo que puede existen, naturalmente, unos cuantos parafascistas que escriben para los iniciados.

No he contado los historiadores que han participado en todas estas tareas, pero quizá no me equivoque si han sido cerca de una cincuentena, de variadas universidades, en España y en el extranjero, o expertos reconocidos en su campo.

Desde luego me siento con fuerza para rebatir los cuatro primeros postulados (de los que se desprende el resto y que por eso he reproducido en negritas).  He reexaminado  los antecedentes de la guerra civil en la senda que habían hollado ya muchos otros historiadores. Los de corte más nítidamente franquista, de los que parece beber la nonata Asociación, surgieron en los tiempos de la guerra misma, que había que justificar con argumentos espurios.  No les he pasado revista (ya lo hizo Herbert R. Southworth en El mito de la Cruzada de Franco a principios de los años sesenta del pasado siglo). En la huella de obras más recientes he ido directamente a los archivos donde se encuentra si no toda la documentación sí al menos una parte sustancial de la misma que alumbra el proceso.

Tampoco pretendo haber descubierto el equivalente del huevo de Colón pero que, yo sepa, pocos habrán sido los firmantes de la solicitud de inscripción en el registro del Ministerio del Interior (aunque a lo mejor me equivoco) que se hayan molestado en recorrer como servidor archivos (públicos y privados) españoles, alemanes,  italianos, británicos, franceses y rusos, y, en particular, entre los primeros los carlistas, los monárquicos y los militares y cruzado las informaciones en ellos contenidas. Si lo han hecho han guardado para sí cuidadosamente tan reveladoras evidencias por lo que se ha publicado del tenor expuesto por los solicitantes es pura basura.

Como LA RAZÓN ha preferido no dar los nombres de los nuevos cruzados no haré más comentarios y así no tengo que calificarlos. Una cosa es la mera propaganda, incluso la trasnochada o descerebrada, y otra muy diferente la historia sobre un pasado que ya no existe.

Simplemente afirmo que mienten y desafío, por ejemplo, a la FNFF a que demuestre que no lo hace, que dice la verdad y que publique sus papeles. No puedo pedirlo a una nonata asociación, pero si llega a nacer, que también se dé por desafiada.

(continuará)