¿De la tragedia a la farsa? No necesariamente

12 octubre, 2017 at 8:30 am

Ángel Viñas

He tratado de seguir la máxima de este blog (“La historia no se escribe con mitos”) bien consciente de que mitos y un tipo de historia van, con frecuencia, íntimamente ligados. En el post precedente anuncié que en el siguiente acudiría a algunos enlaces en red que me han parecido importantes para explicarme lo que ha ido ocurriendo en Cataluña. Mi selección es personal y no me la ha dictado nadie. Los historiadores del futuro distinguirán entre mito y realidad, pero los hombres que sufren la historia también tienen derecho a exponer sus opiniones en el momento de sufrirla. ¿No se acude con frecuencia a Chaves Nogales, a Orwell, a Zugazagoitia, a Arrarás o Aznar (Manuel)? Obraron como testigos, como hombres de su tiempo, comprometidos y trataron de dejar su interpretación de lo que habían vividoEl historiador viene después con su afilado cuchillo y los despedaza y pasa por el cendal. Lo mismo ocurrirá con lo que hemos presenciado en Cataluña. En cualquier caso, rompo con el ritmo de posts y publico este tan pronto como me ha sido posible. No sé lo que deparará el futuro inmediato.

En la actualidad, con la superabundancia de información, la interpretación del pasado va indisolublemente ligada a la conquista de la “hegemonía” del relato. Pero, mientras esa “conquista” se materializa o no, tenemos que apañarnos con lo que hay.

En lo que sigue van los enlaces que me han parecido más útiles. Distingo entre historiadores españoles con su visión del largo plazo y comentaristas extranjeros españoles que me han impresionado. Termino con una comparación que a muchos parecerá odiosa. No presentaré excusas por ella y, a diferencia de lo que he hecho siempre en otros posts, no me enzarzaré en discusión alguna.

Historiadores españoles

19 de septiembre. http://www.eldiario.es/politica/voy-proceso-independencia-Catalunya-imparable_0_688031278.html

21 de septiembre. http://www.eldiario.es/politica/Cataluna-referendum-Elvira-Roca_0_688031314.html

24 de septiembre. http://www.eldiario.es/politica/batalla-buenos-malos-posiblemente-perdamos_0_689431120.html

25 de septiembre. http://www.eldiario.es/politica/sustituido-democracia-parlamentaria-callejera-populista_0_690481573.html

Ensayistas españoles

27 de septiembre. http://www.revistadelibros.com/blogs/torre-de-marfil/cataluna-lo-posible-anterior-i

4 de octubre. http://www.revistadelibros.com/blogs/torre-de-marfil/cataluna-lo-posible-anterior-ii

29 de septiembre. http://www.revistadelibros.com/articulo_imprimible.php?art=1620&t=blogs

Ensayistas en el extranjero

24 de septiembre. http://www.liberation.fr/debats/2017/09/21/l-avenir-de-l-europe-se-joue-a-nouveau-en-catalogne_1597969

25 de septiembre. http://www.lefigaro.fr/vox/politique/2017/09/25/31001-20170925ARTFIG00131-referundum-catalan-l-independance-n-est-qu-un-slogan.php

4 de octubre. http://www.cer.eu/insights/crunch-time-catalonia-why-spain-needs-constitutional-overhaul

Los lectores advertirán que no he acudido a historiadores extranjeros. Salvo Paul Preston, no conozco a ninguno que pueda pronunciarse con autoridad sobre el trasfondo histórico de la presente crisis.

He leído diariamente, durante más de un mes, fuentes muy varias (El PaísLa VanguardiaEl ConfidencialPúblico entre las españolas y The GuardianThe Financial TimesPoliticoEuroActiv, entre las extranjeras). Ocasionalmente he echado vistazos a Le Monde, LibérationLe Figaro y Die Frankfurter Allgemeine Zeitung. He dejado de lado mi trabajo habitual, he escrito algunos posts en chats extranjeros y he guardado numerosos recortes.

¿Qué conclusión he sacado? Pues, ni más ni menos, que a lo que hemos asistido ha sido algo que ya planteó el profesor Javier García Fernández (El País, 31 de agosto, “El autogolpe independentista” y en otros anteriores y posteriores). Un golpe de Estado con un largo proceso de gestación. La continua alimentación de un movimiento de masas, el control de los medios de comunicación públicos y de la policía, la exaltación del “pueblo” y sus virtudes, el aprovechamiento de la crisis económica como preludio a un descabezamiento de la legalidad y de la institucionalidad no solo españolas sino, más sangrantemente, catalanas. Cuando me di cuenta escribí un artículo titulado “Berlín 1933-Barcelona 2017”. No se publicó.

La actitud del Gobierno español me recordó, salvando las distancias, a la del Gobierno republicano en 1936. Se enteró de por dónde iba la conspiración, pero no supo atajarla.

Esta tarde he visto en el canal del Parlament catalán su sesión. Desde el principio hasta el final. La propuesta del presidente Puigdemont no me sorprendió. Se había especulado con ella y dos informaciones aparecidas en la prensa me habían predispuesto a pensar que así ocurriría. ¿Cuáles fueron?

La primera una noticia aparecida en el Financial Times que reproduzco a continuación:

ADVERTENCIA DE MAS. EL EXLIDER CATALÁN EXPRESA PRUDENCIA SOBRE UNA “INDEPENDENCIA REAL”

Cataluña todavía tiene que mucho trabajo por delante antes de alcanzar una “real independencia”, según el expresidente de la región, y ello a pesar de “haberse ganado el derecho” de separarse de España.

Artur Mas -en la fotografía votando en el referéndum del pasado domingo- dijo ayer al FINANCIAL TIMES que la región también tenía que tener en cuenta la previsible reacción de Madrid. En afirmaciones que pueden entenderse como una llamada a la prudencia dijo que hay “algunas cosas que todavía no tenemos” y señaló temas tales como el control territorial, la recaudación de impuestos y el sistema judicial.

EL EX-LIDER DE CATALUÑA ACONSEJA PRUDENCIA

Mas afirma que la región se ha ganado el derecho a la independencia, pero advierte de la reacción de Madrid

Tobias Buck – Barcelona y Michael Stothard – Madrid

El ex líder catalán ha advertido de que la región todavía no está preparada para una “independencia real” cuando las empresas incrementan la presión contra el gobierno separatista para que retroceda de una ruptura total la semana próxima.

Las llamadas a los separatistas para que moderen o retrasen sus planes se produjeron en paralelo a la aprobación por el Gobierno español de un decreto-ley que facilita a las empresas trasladar sus sedes oficiales fuera de Cataluña (…)

En observaciones que cabe entender como una llamada a la prudencia Artur Mas, expresidente y exdirigente del PDeCat, proindependentista y que gobierna la Generalitat, afirmó que la región todavía tiene que sentar las bases de “una independencia real”.

El Sr. Mas dijo al FT que la región “se había ganado el derecho de convertirse en un Estado independiente” pero reconoció que hay un debate entre los dirigentes catalanes sobre si ahora es el momento de proclamar una DUI o no. Subrayó también que era preciso ser pragmáticos y tener en cuenta la posible reacción de Madrid.

“Lo importante es que la declaración produzca un país que sea realmente independiente y para ser independiente hay que tener algunas cosas que todavía no tenemos”, tales como el control del territorio, la recaudación de impuestos y el sistema judicial. Seguidamente añadió: “Nos hemos ganado el derecho de ser un país independiente. La cuestión ahora es cómo ejercemos tal derecho y en esto evidentemente hay que tomar algunas decisiones. Tales decisiones deben tener un único objetivo: no se trata tan solo de proclamar la independencia sino de cómo podemos convertirnos en un país auténticamente independiente”.

Los elementos duros de las CUP piden una rápida ruptura con España, pero Carles Puigdemont (…) se ha visto sometido a una creciente presión por parte de sus aliados más moderados para que retrase la declaración.

Santi Vila, otro miembro del PDeCat, también ha solicitado más tiempo para el diálogo afirmando que una DUI conduciría a la “suspensión de la autonomía” y a conflictos callejeros…”

Apareció en la edición del fin de semana, 7 y 8 de octubre de 2017, 1ª y 2ª página.

La segunda es más enjundiosa. Se debe al profesor Andreu Mas-Colell, excatedrático de economía en la Universidad de Harvard y exconsejero de Universidades primero y de Economía después con el expresidente Mas.

EL PRIMER DÍA DE LO QUE VENDRÁ DESPUÉS

¡Qué día! ¡Orgullo! Es el sentimiento después del 1-O. Un pueblo que se comporta como ayer lo ha hecho el catalán no podrá ser vencido. Hoy hemos alzado muy altas la cabeza y la moral. Hoy somos más fuertes y hemos de sentirnos más seguros que hace un mes. El camino hacia el 1-O y el 1-O mismo han generado un impacto tal en la opinión pública internacional que no favorece nada al gobierno central. La actuación del gobierno español (la brutalidad, las acusaciones de sedición…) ante una movilización ejemplar de la gente ha servido de acicate. Cataluña ya figura en la lista de problemas en los cuales Europa sabe que tarde o temprano tendrá que implicarse.

Un referéndum punto por punto no hemos conseguido hacerlo. Siempre hemos sabido que el gobierno del PP podría desnaturalizarlo, dispuesto como estaba a aceptar el coste de ponerse en evidencia internacionalmente. Lo estaba y lo ha estado. Ellos sabrán lo que se hacen.

Y nosotros, ¿qué haremos ahora? Más allá de las reacciones de protesta que puedan tener lugar esta semana, una opción es mantener un posicionamiento ofensivo y encaminarse directamente a la DUI. Al fin y al cabo, la independencia tiene mayoría en el Parlament y si se nos impide sistemáticamente hacer el referéndum que correspondería no podemos paralizar todo dando la clave de nuestro futuro a quienes no nos toman en consideración. No discutiré, por lo tanto, la legitimidad de la DUI. Sin embargo, creo que la pregunta que hemos de plantearnos es otra, y es la de la oportunidad. ¿Qué nos aporta una DUI inmediata? Quizá decepcione a alguno si digo lo que para mí es evidente: de aquí a un mes Cataluña no será independiente. Si no hemos tenido fuerza suficiente para hacer el referéndum que queríamos difícilmente la tendremos para proclamar y consolidar un Estado independiente. En sí misma esta observación no descalifica la opción de la DUI. Se puede argumentar que un final de etapa épico merece la pena. Tampoco lo discuto. Si el gobierno central continúa cometiendo errores lo tenemos garantizado. Sin embargo, puede ser un final patético si no comete tantos, con un govern de la Generalitat a merced del viento (“twisting in the wind”, dicen los ingleses), expuesto a la penosa evidencia de no poder contar con la plena obediencia de jueces, policías o empresas (a la hora, por ejemplo, de recaudar impuestos) y perdiendo, día tras día, el apoyo internacional que ha ido ganando. La DUI a corto plazo es, pues, un riesgo que cabe evaluar con la cabeza fría y sin confiar en exceso en los errores del adversario.

Peor que la DUI misma sería que la hiciéramos a falta de otra cosa. Se ha impuesto en demasía la idea de que el govern de la Generalitat solo tiene dos alternativas: la DUI o convocar unas elecciones autonómicas que, inevitablemente, llevarían acarreada una derrota y el retorno a la política autonómica tradicional. Sin embargo, en las circunstancias actuales de después del 1-O existen otras opciones.

Un solo ejemplo. Imaginemos que se anuncia, con cierta solemnidad, que no se renuncia a nada pero que, durante algún tiempo, entre uno y dos años, no se recurrirá a la unilateralidad (podría decirse una “suspensión activa y temporal de la unilateralidad”). Se trataría de un mensaje que se enviaría bien alto a los ciudadanos de Cataluña, como de España, y sobre todo del mundo. Por descontado continuaríamos luchando contra todas las agresiones, pasadas y futuras, a la Generalitat, y persistiríamos en hacer oir nuestra voz por todas partes (esta es la parte “activa”).  ¿Por qué proceder así?: pues porque siempre hemos sabido que la lucha sería larga, porque conviene mantener las estructuras de resistencia, para ir sumando sectores catalanes que todavía no han dado un paso adelante o que están dándolo en este momento y, sobre todo, porque eso será aplaudido en un mundo que fijará su mirada en el gobierno español con la esperanza de que aprovechará lo que se interpretará como una mano extendida. A los ojos europeos, y del mundo, la posición catalana del conflicto se cargaría de razón. Hago constar que no es lo mismo un encadenamiento de movimientos tácticos en el día a día que implique, de facto, la ausencia de unilateralidad durante un cierto período, que una situación en la que se hace un anuncio previo de no unilateralidad para el mismo período.  Lo segundo tiene mucha más fuerza y alcance estratégico. Indica que seguimos tomando la iniciativa y que no vamos a remolque. También creo que no se debería ir más allá de los compromisos previos. Al final del período todo queda abierto.

Si no se sigue el camino de la DUI el horizonte máximo de unas elecciones autonómicas sería de dos años. Cabría, claro es, sopesar la posibilidad de ir a elecciones a corto plazo. Sé que es peligroso y yo mismo he escrito que si el president acaba disolviendo el Parlament y convoca elecciones autonómicas sería una señal de derrota. Por tanto, habría que ser muy cuidadoso. Después de un 1-O que nos enorgullece y nos fortalece, unas autonómicas no serían un paso atrás si, y solo si, se cumple una condición: que Junts pel Sí vuelva a presentarse con un programa similar al que acabo de describir, y que, como el 27-S, volviéramos a darles un carácter plebiscitario. Como ya dijimos el 27-S, si no pueden contarnos en un referéndum nos contarán aprovechando procesos electorales imposibles de prohibir. Añado un matiz importante: si el gobierno de Madrid pretende destituir al president o al vicepresident, entonces el camino de las elecciones ya no tendríamos que abordarlo. Les facilitaríamos la tarea.

Tampoco hemos de olvidar que en el 2019 hay elecciones europeas, otra magnífica oportunidad para contarnos y enviar un mensaje potente de la vocación europea de Cataluña. Tengámoslo bien presente: habiendo llegado adonde hemos llegado, Europa es un factor determinante de nuestro futuro.

Este artículo se publicó en el periódico ARA el 2 de octubre, al día siguiente del referéndum. Obsérvese la combinación: orgullo, tono épico, afirmación de la legitimidad del resultado, creencia en la necesidad de una DUI, pero prudencia, exquisita prudencia. Cataluña, como afirmaría el Señor Mas pocos días después, todavía no está lista para convertirse en un estado. Tiene que desarrollar las imprescindibles estructuras y eso lleva tiempo. LO NECESITA.

Al tiempo han ocurrido algunos fenómenos no demasiado bien previstos. El discurso del rey; las duras advertencias de la UE y de algunos Estados Miembros, en particular Alemania y Francia; el goteo de los cambios de residencia social de grandes empresas catalanas, incluido el grupo Planeta, con el que publico mis libros; la preocupación suscitada por la huelga general; el ascendente que parecían conseguir las CUP para crear una República que se saldría del molde europeo occidental; los cada vez más alarmados editoriales de La Vanguardia; el poder del Estado y una determinación creciente del Gobierno de Madrid para tomar medidas y restablecer el orden constitucional.

Pero, claro, hay que salvar la cara. De aquí la alambicada formulación del president del Govern, suscrita por 72 parlamentarios catalanes. No será atendida. En mi modesta opinión, el golpe de Estado parlamentario del 6/7 de septiembre, aprobado por los mismos firmantes de la declaración de independencia con efectos suspensivos, fue un gravísimo error de la Generalitat que la ha manchado irremediable y trágicamente. No pueden coexistir dos legalidades contrapuestas en un territorio, sobre todo si una de ellas carece de títulos suficientes de legitimidad.

Es temprano para saber si hemos asistido a una farsa o no. Escribo estas líneas a las 10.30 de la noche del 10 de septiembre. Pero no cabe olvidar que las repeticiones pueden terminar mal. El intento de golpe de Estado “legal” de Franco en febrero de 1936 desembocó en otro sangriento (la farsa precedió a la tragedia). El del 23-F fue una farsa del principio al fin. La concatenación de conductas individuales y colectivas en condiciones dadas como las que existen hoy en España no ha terminado de producir efectos. ¿Pasaremos de la tragedia a la farsa? El futuro está abierto. Lo hacen los hombres y mujeres, pero en condiciones dadas. Su libertad no es omnímoda. Lo dijo un señor barbudo a mitad del siglo XIX.