En Navidad y Reyes, un libro es el mejor regalo, pero ¿cúal?
Ángel Viñas
Con este post me despido de Vdes, amables lectores, hasta el 8 de enero, pasadas las fiestas navideñas y de reyes. También un servidor tiene derecho a descansar. En esta ocasión, lo necesito con urgencia. Acabo de terminar un libro y, simplemente, no estaré en condiciones durante bastante tiempo de encarar otro. Sí puedo, de cara a las fiestas, recomendarles un libro colectivo que acaba de salir, justo en este mes de diciembre. Aborda un problema histórico-estructural de España: la corrupción política. Es el resultado de un congreso internacional que tuvo lugar hace ahora exactamente un año en Barcelona, bajo la dirección del profesor Borja de Riquer. Las ponencias se han retocado un poco, se han actualizado en lo posible y los resultados se han compactado en un libro no ligero precisamente (casi 670 páginas de texto) pero con la ventaja de que puede leerse a saltos. Las ponencias son de una longitud nada desmesurada (entre 15 y 20 páginas en promedio) y su lectura es, en mi opinión, tanto ilustrativa como recomendable.
La presentación del volumen resume muy bien las características de la obra. Es, en primer lugar, el resultado de investigaciones académicas llevadas a cabo en los últimos veinte o treinta años. De manera, ciertamente, inconexa y sin coordinación orgánica o institucional como existe en otros países europeos, pero desde luego con resultados nada despreciables. Muy alejados, en todo caso, de los relumbrones de los supuestos scoops periodísticos y con la debida atención al marco histórico, económico, social e institucional en que el fenómeno analizado se desarrolló.
El texto del libro se descompone en dos partes. A ellas se añade una serie de comunicaciones seleccionadas por los directores de la obra. La primera parte son visiones generales, entre las que figuran el clásico estado de la cuestión sobre la investigación de la corrupción en Europa y el equivalente en España. Ambos introducen tres capítulos de alcance histórico español: desde el punto de vista del manejo del Presupuesto como fuente esencial de la corrupción, los enfoques de la Ciencia Política del fenómeno y la corrupción como fenómeno inserto en el ADN de la dictadura franquista, sobre todo en sus primeros -y oscurecidos- veinte años, de los que parece que hoy todo el mundo se ha olvidado.
La segunda parte presenta la corrupción en conexión con los grupos económicos y de presión y sus metamorfosis, así como un estudio de caso relacionado con la pugna en torno a las minas del Rif. Tras ello se aborda el fenómeno por épocas históricas, en particular durante los reinados de Fernando VII, Isabel II y Alfonso XIII. De aquí se pasa al estudio de la corrupción en el ámbito de las administraciones locales, sobre todo en el siglo XIX. Este enfoque se prolonga con una muy interesante discusión sobre la persecución penal de la corrupción, incluidos los períodos de la Segunda República y del primer franquismo. Una sección final aborda el concepto y la actualidad de la corrupción política, con el trasfondo del Antiguo Régimen.
La parte dedicada a las comunicaciones es, por supuesto, más variopinta. Hay comparaciones entre España y los Países Bajos; el análisis de la corrupción en la Cataluña napoleónica; el caso del Trienio Constitucional; las redes de poder en la corte isabelina; la influencia de los Rothschild en las élites políticas españolas en el último tercio del XIX; las denuncias de Gumersindo de Azcárate; la crítica al caciquismo; los delitos de los funcionarios públicos en la España decimonónica, etc. A mí me han interesado, por eso de su proximidad a los períodos que menos desconozco, las que versan sobre las denuncias a la corrupción en la etapa primorriverista y una sobre el sedicente “nuevo hombre fascista”, con su crítica a la corrupción liberal-parlamentaria incluida. El problema del acceso a archivos es omnipresente en los períodos ulteriores al primer franquismo, pero al fin y al cabo el trecho histórico cubierto en este libro es lo suficientemente rico en enseñanzas como para haberse quedado ahí.
Es obvio que la corrupción en el segundo franquismo, la transición y la etapa democrática da para otro volumen. Para estar a la altura de este se necesitaría una apertura documental que, hoy por hoy, no es esperable. No olvidemos que se trata de ensayos de académicos experimentados pero que, en último término, reposan bien sobre el análisis de literatura de época bien sobre la documentación no pública generada en la misma.
En esta somera invitación a la lectura no voy a detenerme en mi propia aportación. Algunas de mis tesis ya las he desgranado en este blog o en alguno de mis libros, en especial LA OTRA CARA DEL CAUDILLO y SOBORNOS. He hecho un esfuerzo, eso sí, por recuperar cierto material archivístico hasta entonces desconocido, pero confieso que no da para mucho. No es fácil entrar en los archivos de las personas o grupos empresariales que se hicieron ricos, o vieron cómo sus competidores políticos y económicos se hacían, durante la dictadura.
Lo que sí puedo afirmar es que los lectores interesados encontrarán en esta obra colectiva una mina de informaciones, un catálogo de cuestiones suscitadas y susceptibles de profundización, una visión global sobre el fenómeno como hasta entonces no se había encontrado en ninguna obra española. Ya estas características bastarían para recomendarla.
El otro día, 5 de diciembre, se celebró un acto en Bruselas en honor del 40º aniversario de la Constitución. Fui con un amigo, exdirector general de la Comisión, Vicente Parajón, y abordamos el tema de la corrupción. Me dijo que él conocía en Italia el funcionamiento de la ANAC (Autorità Nazionale Anticorruzione). Yo no había oído hablar de ella, pero parece que es bastante conocida en los medios profesionales. Tras el acto hubo una pequeña recepción y entre los presentes estaba un funcionario de la OLAF, amigo de otro amigo mío. La OLAF va a montar “sucursales” en todos los países miembros y el reglamento que regulará sus competencias está a punto de ser aprobado, si es que no se aprobado ya.
La idea me chocó como un rayo. Que yo sepa, ningún partido político en España ha sugerido la creación de instituciones especializadas en la lucha contra la corrupción. Se deja a las ruedas de la Justicia ordinaria y así los españoles podemos deleitarnos leyendo todos los días o casi todos los días detalles más o menos sabrosos de los abracadabrantes casos de corrupción que han salpicado la vida pública española durante los últimos quince años, si no más. Y yo me pregunto: como en realidad no hay que inventar la rueda, ¿no sería útil explorar la organización, competencias y experiencias de la ANAC y de la OLAF y ver si algo similar no convendría introducir en España?
A lo mejor, si hay una continuación del congreso de Barcelona del último año, criminalistas y administrativas de pro podrían exponer el estado de la cuestión en lo que se refiere al funcionamiento de ambos organismos foráneos. No sería la primera vez que España, sobre todo después del ingreso en la UE, ha importado mecanismos, instituciones y procedimientos que el genio nativo no había sido capaz de diseñar.
En fin, a la luz de las guirlandas con bombillas led que adornen los clásicos árboles de estas fiestas, los lectores que se animen a abordar el libro sobre la corrupción política en la España contemporánea encontrarán material para reír, y para llorar, en las largas noches de invierno que se nos avecinan.
Mientras tanto, ¡FELICES FIESTAS Y, DENTRO DE LO QUE CABE, ¡FELIZ AÑO NUEVO!
Borja de Riquer, Joan Lluís Pérez Francesch, Gemma Rubí, Lluís Ferran Toledano y Oriol Luján (dirs), LA CORRUPCIÓN POLÍTICA EN LA ESPAÑA CONTEMPORÁNEA, Marcial Pons Historia, Madrid, ISBN 978-84-16662-60-9