LINDEZAS COMO EN OTROS TIEMPOS
ANGEL VIÑAS
En el post de la semana anterior acudí a una información de la red Quora sobre el “oro de Moscú”. Ya me he desconectado de ella. Leer muchas de las estupideces que contiene sobre historia de España no compensa las informaciones sobre otros temas y de las cuales tampoco puedo fiarme si aplico los mismos criterios.
De vuelta a Bruselas, he tardado en recuperarme de un viaje que me ha dejado absolutamente extenuado. Castigo, sin duda, a mi inherente perversidad. Como me ofrezco unas pequeñas vacaciones he pasado revista a algunos de los comentarios que la salida de mi libro ORO, GUERRA, DIPLOMACIA ha despertado a una serie de lectores que, por el momento en que fueron publicadas, me parece absolutamente imposible que hubiesen leído un libro de 500 páginas.
Un amigo y colega a quien aprecio mucho me contó hace tiempo cómo calificar muchos de los comentarios que publica la prensa en digital y que son accesibles bien a todos los lectores o únicamente a los subscriptores de los medios en cuestión. Siempre bajo seudónimos. Yo solo he hecho, antes de hoy, tres o cuatro comentarios de tal índole. Ni que decir tiene que con toda corrección y a los que he añadido mi nombre y apellidos, a pesar de que la publicación impone el seudónimo. La idea es, naturalmente, que se sepa quién los ha escrito.
En el caso de mi libro ha habido numerosos comentarios elogiosos que, obviamente, no reproduciré. A continuación, sí lo hago con los que aparecieron en un medio que tampoco identificaré. He quitado todos los seudónimos que pudieran identificar a sus autores y no he añadido ni quitado ni una coma. He mejorado, eso sí, alguna que otra falta de ortografía. Supongo que con los modernos buscadores no será difícil llegar a los originales.
Pues bien, mi amigo en cuestión, muy activo en las redes (mucho más que servidor que ya estoy meditando una retirada táctica) suele comparar los exabruptos en tal tipo de comentarios a los que en tiempos menos tecnológicamente avanzados solían pintarse en los urinarios públicos para HOMBRES. Solían ser más crudos y más tajantes. Así que supongo que los mecanismos sicológicos que impulsaban a pintarrajear aquellas muestras de donosura, sagacidad y viveza de espíritu fueron los mismos que impulsan a teclear sus equivalentes hoy.
Naturalmente no voy a entrar en discusión con tales genios de la historia. Incluso con quien parece que sabe algo más hasta el punto de hacer un recorrido por mi carrera profesional y de investigador (totalmente accesible en el cv de mi blog totalmente actualizado). No creo que haya trabajado en las instituciones bruselenses ni que tampoco haya leído mis memorias en la Comisión Europea entre 1987 y 2001 (Al servicio de Europa, Editorial Complutense, Madrid, 2003), otro mamotreto de 500 páginas. Tampoco me parece que esté mínimamente familiarizado con los archivos moscovitas. Por si le sirve de consuelo diré que algunos de estos me recordaron, extrañamente, a los procedimientos que se seguían en el del Ministerio de Asuntos Exteriores en los albores de la Transición y heredados de la tal vez para él simpática dictadura. Ahora bien, en varios de los que visité en Moscú, hace ya muchos años, había entrado la informática y en otros podían consultarse amplios catálogos en busca de lo que pudiera interesar al investigador. En ellos, por lo demás, no fui el primer visitante español. Ignoro si tan poco exacto comentarista conocerá el libro pionero de Antonio Elorza y Marta Bizcarrondo, precursores. Probablemente ni ha ido a Moscú ni tampoco se destetó, como servidor, en los archivos españoles ya en el bienio 1974-1976 o en casi treinta años de actividad diplomática dentro y fuera de España. ¿Chi lo sà?
Expuestas estas simples puntualizaciones tengo el placer de ofrecer un ramillete de comentarios. Me he limitado a una clásica docena.
- La presentación del libro de este tío ha terminado con las pocas ganas que tenía de seguir leyendo este periódico.
- Este es un falsario de los de izquierda de los que nos quieren hacer comulgar con ruedas de molino.
3. De historiador solo tiene lo que a él le interesa con su ideología zurda.
Comulga incluso con la Menoría Histórica del granuja de Zapatero.
LA ABERRANTE MEMORÍA HISTÓRICA PROPUESTA POR PRESUNTOS ENFERMIZOS SECTARIOS (..) Memoria Histórica mediante un proyecto de ley propuesto al granuja de Zapatero por PSOE, IU (Comunistas), PNV (Separatistas) y BNG (Comunistas y separatistas del Bloque Nacionalista Gallego).
Los firmantes del “Manifiesto un compromiso ético inaplazable. La Ley de la Memoria Histórica”. Que entre otros firmaban:
– Carlos Jiménez Villarejo Concurrió en las listas de Iniciativa per Catalunya Verds-Esquerra Unida i Alternativa (ICV-EUiA) y en Podemos y que en la década de 1970, militó en la oposición antifranquista, es decir, un antifranquista declarado.
– Francisco Espinosa Martín un pseudo historiador regado con premios en Andalucía de la Sultana Díaz y que entre otras milongas escribió “La Matanza de Badajoz”, de la que estos sinvergüenzas llegan a inventarse que «Manolete» toreó a docenas de republicanos en la plaza de toros de Málaga (otros dicen en Badajoz), dándoles muerte con el estoque taurino.. Incluso a este hombre le da las gracias el republicano Paul Preston, colaborador necesario en su libro: “El holocausto español: Odio y exterminio en la Guerra Civil y después”. En el libro hace una distinción a todos los españoles que colaboraron y al igualo que Espinosa, son todos elementos ANTIFRANQUISTAS.
- Este pseudo historiador presuntamente está en la nómina del PSOE y no dice ni una verdad a tiros.
- Menudo embustero…
- Vaya panfleto un mero libro de corta y pega sin aportar nada nuevo
- Este no historiador, como confirma el comentario de (…) ya pasó por El Mundo, donde se permitía decir: [Stalin] no sólo no quería que nuestro país adoptara el modelo soviético, sino que estaba particularmente interesado en que el Gobierno de Manuel Azaña se mantuviera dentro de unas coordenadas democráticas.
8. (…) hacía los siguientes comentarios:
Indalecio Prieto:’¿De quién puede estar las mayores posibilidades del triunfo de una guerra? De quien disponga de más medios, de quien disponga de más elementos. Si la guerra, cual dijo Napoleón, se gana principalmente a base de dinero, dinero y dinero, la superioridad del Estado, del Gobierno de la República, es evidente. Todo el oro de España, todos los recursos monetarios españoles válidos en el extranjero; todos, absolutamente todos, están en poder del Gobierno: son las reservas de oro que han venido garantizando nuestro papel moneda. El único que puede disponer de ellas, porque en sus manos se hallan, es el Gobierno. Ese tesoro nacional permite al Gobierno español, defensor de la legalidad republicana, una resistencia ilimitada, en tanto que, en dicho orden de cosas, la capacidad del enemigo es nula’. Cuando hacía 3 meses que el oro estaba en Moscú, el gobierno socialista del Frente Popular hizo público un comunicado CLARIDAD, 20.1.1937, contraportada. EL ORO ESPAÑOL ESTA EN ESPAÑA
Manuel Azaña en su libro `Memorias políticas y de guerra”: «De nada sirve que el presidente de la República hable de democracia y liberalismo, si al propio tiempo las películas que nuestra propaganda hace exhibir en los cines, acaban siempre con los retratos de Lenin y Stalin.»
9. El cónsul de Noruega en Madrid cuenta en su diario que el embajador de Stalin entraba en los despachos ministeriales a dar órdenes sin llamar siquiera a la puerta….. El PSOE se bolchevizó con Largo Caballero y las JJSS de Carillo eran estalinistas, no digamos ya el PCE. No se combatía por una democracia sino por una revolución…y resulta que Stalin no quería eso, nos cuenta Viñas
10. Por mor de la precisión: el señor Viñas ha escrito muchos libros de historia, pero no es en absoluto un profesional de ese campo, ni desde luego un profesor universitario de historia. Estos datos son públicos y bien conocidos. Es (ha sido, porque está jubilado) funcionario del cuerpo de Economistas y Técnicos Comerciales del Estado, y funcionario de la Unión Europea (sin oposición, por cierto, porque se le designó director general por cuota política nacional y luego se le funcionarizó, un procedimiento que existía hace años). Su experiencia en la universidad como catedrático (hasta mediados los años 80) se centra en distintas áreas de economía, no de historia. Su análisis del asunto del oro de Moscú fue un encargo político, no de naturaleza académica, y peca además de defectos metodológicos graves: el señor Viñas desconoce absolutamente la lengua rusa, en la época en la que lo llevó a cabo el acceso a los archivos soviéticos era el que era (no es que ahora haya mejorado mucho, por cierto) y sobre el terreno se movió siempre de la mano de funcionarios locales que le dieron acceso a aquello que Moscú consideraba conveniente. A principios de la década de 2010, a punto de jubilarse, se pasó un tiempo breve en la facultad de historia de la Complutense de Madrid, pero como profesor subalterno y solo para materias marginales (algún posgrado por ejemplo); la designación fue sin duda (otra vez) política, o en ella mediaron al menos amigos de su misma órbita política, la del PSOE. En la comunidad académica de la historiografía carece del más mínimo prestigio: se le considera un aficionado, otro advenedizo más. Cosa distinta es el eco que puedan en el medio tener sus publicaciones, entrevistas…
11. Viñas es un historiador muy sesgado a la izquierda, y carece de objetividad histórica, como otros de signo ideológico opuesto. El tema del oro de Moscú es un asunto muy suculento para la derecha y la izquierda política e historiográfica.
12. De lo que se dice en el texto deduzco que Viñas entrevistó a Stalin y este le contó todo lo que iba hacer. No habla de la decoración de la Puerta de Alcalá. Temía tanto al fascismo que luego firmo la alianza con Hitler
Muy triste Viñas, tú has fumado algo
Dice un refrán castellano que piensa el ladrón que todos son de su condición. A este último caballero puedo informarle que no he tomado jamás ninguna droga y que el tabaco (generalmente en pipa) lo dejé en cuanto leí la introducción a sus peligros del primer informe que publicó el Dept. de Sanidad de Estados Unidos tras vencer la guerrita que interpuso durante años contra él la industria norteamericana del tabaco. Por supuesto, para mejorar la salud de las ciudadanas y ciudadanos.
Finalmente, recuerdo que he escrito un libro de 500 páginas con referencias muy cuidadas. ¿Me engañaría si atribuyo a tales patrióticos, desinteresados, nacionalistas españoles de rara prosapia que hacen comentarios de la manera indicada más arriba, una cierta inclinación hacia el PP, Vox y, ¡oh, cielos!, la olvidada FET y de las JONS?