NEGRÍN: SIN MIEDO A LA HISTORIA
Ángel Viñas
En cualquier mes de noviembre coinciden aniversarios de la desaparición de hombres que han dejado una huella profunda en la historia contemporánea de España. De signo diverso. Basta con recordar no solo a Franco sino también a Primo de Rivera, Durruti, Azaña y… Negrín. Entre ellos este último se lleva indudablemente la palma en cuanto a animadversión permanente. Los dos primeros han sido exaltados, y continúan siéndolo, hasta el delirio. Durruti tiene sus leales que suelen olvidar la parca contribución positiva de los anarquistas a una resistencia republicana efectiva. Azaña se ha puesto en cabeza gracias a la incansable actuación del profesor Santos Juliá. Hubo una época en la que hasta el presidente Aznar se declaró, poco menos, que azañista. Negrín sigue a la cola. Muchos escriben la historia con propósitos presentistas.
Negrín es, en efecto, para muchos un nombre incómodo. Los historiadores pro-republicanos no pueden reprocharle que no resistiera hasta el fin. Sin embargo, con frecuencia dan vuelta a los hechos. Supuesto prisionero de los comunistas, habría servido a los intereses de la Unión Soviética que exigían que continuase la resistencia. (La racionalidad de este presunto objetivo nunca ha sido demostrada). Muchos socialistas, antiguos compañeros suyos, fueron incluso más radicales. Había que salvar a Besteiro y sobre todo a Prieto, convertido desde 1938 en antinegrinista feroz y, merced al golpe de mano sobre el cargamento del Vita, contrapolo al Gobierno en el exilio. (La narrativa del antinegrinismo socialista está aun por escribir).
Los historiadores franquistas (que nunca ahorraron epítetos horrendos contra Azaña) los redoblaron siempre en el caso de Negrín. ¿Por qué? En mi opinión porque vieron en Negrín el alma de la resistencia republicana.
A ello se añadieron cuatro hechos: a) Negrín nunca escribió sus memorias (excepto unos minúsculos apuntes que solo han salido a la luz hace pocos años) en tanto que Azaña dejó sus diarios y sus reflexiones. b) Los reflejos anticomunistas de Franco y su dictadura coincidieron con los de buena parte de los historiadores extranjeros que escribieron sobre la guerra civil en tiempos de la guerra fría, c) los archivos de Negrín y los archivos soviéticos sobre esta última tardaron mucho tiempo en ser accesibles a los investigadores y d) alguno de los hombres de confianza de Negrín incluso le traicionó después de su fallecimiento.
Sólo a partir de comienzos del presente siglo pudo empezar a reconstruirse el puzle que representan Negrín y su política. Tuvo defensores desde el primer momento pero quedaron anegados por las cascadas de vituperios que sus detractores siguieron arrojándole. Entre ellos, no hay que olvidar, figuraron prácticamente todas las tendencias del antiguo Frente Popular y sus apoyos anarquistas. ¿Quién tuvo la culpa de que se perdiera la guerra? Negrín y los comunistas. Los cuales, a su vez, en la posguerra también se distanciaron de él.
Correspondió a una nueva generación la responsabilidad de poner las cosas en su sitio, tras las bientencionadas aportaciones de Tuñón de Lara, pero escasamente documentadas. Quien esto escribe empezó con la reconstrucción de la operación del famoso «oro de Moscú» incluso antes de que falleciera Franco, pero no la di a conocer hasta 1976. El primer Gobierno Suárez la secuestró inmediatamente. Siguieron otros autores con perspectivas más amplias. Ricardo Miralles reconstruyó su acción en la guerra civil. La primera biografía completa la escribió Enrique Moradiellos. El enfoque lo completó, con una percepción mas bien de índole sicológica, Gabriel Jackson. En el extranjero Paul Preston y Helen Graham lo rescataron del oprobio para los lectores de lengua inglesa.
Gracias a la amabilidad de Carmen Negrín varios historiadores tuvimos acceso a sus papeles. Es verosímil que una vez que se termine la catalogación en la Fundación Juan Negrín de Las Palmas salgan a la luz nuevas facetas y quizá incluso haya que reescribir parte de lo ya asentado historiográficamente.
No me cansaré de repetir que el progreso en Historia es función de varios vectores pero entre ellos el descubrimiento de nueva evidencia primaria relevante de época (EPRE) tiene una importancia fundamental.
Daré unos ejemplos: en su calidad de ministro de Defensa Nacional y sucesor de Prieto (algo que este no le perdonó) Negrín reunió un gran volumen de información sobre el Ejército Popular de la República y la batalla del Ebro. Hasta ahora los historiadores hemos tendido a concentrarnos en los fondos del general Vicente Rojo, depositados en el Archivo Histórico Nacional en Madrid.
También, en su calidad de presidente del Consejo, Negrín recibía numerosos telegramas procedentes de las embajadas. Muchos de ellos se conservan sin descifrar. Se le informaría, supongo, oralmente de los temas importantes. Sin embargo los telegramas es posible que se refieran a aspectos de la gestión política exterior que podrían ser de gran interés para los historiadores.
Negrín atesoró igualmente muestras de la propaganda encubierta republicana que se transmitía a las filas enemigas por medio de canales más o menos variopintos. No son frecuentes tales ejemplos en bruto, pero que yo sepa todavía no se han analizado.
Tampoco cabe olvidar que no todos los documentos soviéticos relacionados con la guerra civil se han abierto al público. En mis estancias en Moscú hace ya varios años me encontré numerosas referencias a legajos que todavía no eran accesibles y en algún archivo se me autorizó la entrada excluyendo determinadas áreas temáticas.
Es decir: en el futuro habrá posiblemente nueva EPRE relacionada con la gestión política inspirada por Negrín.
Sabemos más cosas. El tráfico documental entre la embajada en Moscú y el Ministerio de Estado ya no existe. Al final de la guerra civil el encargado de Negocios, Vicente Polo, el funcionario que mayor tiempo pasó en la capital soviética (incluso más que el embajador Marcelino Pascua), recibió instrucciones de Barcelona. Debía destruir toda la documentación antes de traspasar el edificio a las autoridades. Vicente Polo, funcionario pundonoroso, cumplió sus órdenes a la letra y se pasó varios días quemando papeles. Si lo afirmo rotundamente es que porque Vicente Polo y servidor fuimos amigos y compañeros de Cuerpo. Ya ha fallecido. Fue readmitido en el tardofranquismo y terminó su carrera como consejero comercial de la embajada de España en Bruselas. Por cierto, en el Ministerio de Estado (Archivo de Barcelona) apenas si quedan rastros de aquel tráfico. Se ignora quiénes lo destruyeron. Pudieron ser los republicanos o los franquistas.
Hay, pues, parcelas de la actividad de Negrín que se han perdido para siempre. COMO EN EL CASO DE FRANCO. Pero esto es otra historia.
Frente a los errores de Azaña en términos de gestión Negrín no cometió ninguno realmente irreparable. La traición de Casado, Besteiro y Mera hundió todas las esperanzas de salvar a los cuadros republicanos utilizando la Flota. Muchos socialistas y anarquistas no terminan de hacerse a la idea a pesar de que sus correligionarios pagaron un alto precio como consecuencia de dicha traición. La memoria es, con frecuencia, selectiva.
Compárese, en cualquier caso, la accesibilidad sin restricciones de los papeles de Negrín y la de los de Franco (que no son los que custodia la FNFF) sino los que conserva la familia. Cerrados a cal y canto. ¿A quién le asusta la Historia?
No a Carmen Negrín ni a su abuelo. Ya dijo uno de los periodistas norteamericanos que conoció bien al expresidente: Negrín no tiene que tener miedo de la Historia. Quienes quizá si lo tienen son los vencedores y sus descendientes. De otra forma no se explica su comportamiento.
Sin miedo a la historia ni a decir las barbaridades que se nos antojen. «El alma de la resistencia republicana». Este alma fue la determinación, la firmeza comunista y soviética de seguir adelante, y Negrín era el elegido en mayo del 37. El tenía que tratar de jugar a dos bandas tratando de que el psoe no se descompusiese del todo -imposible- y tratando al mismo tiempo de ser la pieza que dirigiese la política comunista-soviética de resistencia total, y que no se notase mucho el tener que plegarse a ellos -imposible también-.
Si al frente popular le hubiese quedado alguna otra opción de resistencia a poner en práctica, Negrín habría tratado de activarla, pero al no existir más que la que quedaba, él tenía que plegarse a la lenta, pero paulatina sovietización del país. No le quedaba otra. Era una pieza fundamental del engranaje.
Ahora el blanqueador oficial de la revolución del 34, de la del 36-37, del frente popular o de la república popular de tendencia crecientemente soviética de Negrín, pone ya los comentarios en moderación. El fascismo está presente en todas partes… A ver si se le va a colar en su blog… Jajajaja…
Mire Vd. yo no soy el blanqueador oficial de la «revolución del 34» porque no he escrito apenas sobre ella. Sus sarcasmos sobre la sovietización de España puede guárdarselos en el bolsillo. Yo he trabajado en los archivos exsoviéticos y sé de qué hablo. He escrito una trilogía con antecedentes y desplome republicano (este en colaboración) en los que la EPRE rusa figura de forma prominente. Y sí, el fascismo era el mayor peligro en la segunda mitad de los años treinta. En mi blog no se cuela. En la España de Franco, sí.
Yo no creo que el fascismo fuese el gran peligro de la España de los años 30, sino las utopias revolucionarias, que llevadas al extremo de su práctica hacían que numerosas personas e instituciones tuvieran que defenderse.
Desde la retórica comunista y soviética, igual que trotskysmo era la disidencia, el apartarse del camino oficial de Stalin, fascismo era la oposición frontal al comunismo. Y con ese término, fascismo, se bautizó a toda oposición frontal, no ya, lógicamente al comunismo, sino a las demás utopías revolucionarias.
No se enfade, ya se que vd. no ha escrito libros sobre la revolución del 34, pero le leí alguna vez su opinión y dijo que había sido una huelga con preaviso, con lo que ya me basta.
De Negrín me llama la atención la incompatibilidad entre lo que se dice y la realidad, el ocultamiento de lo que fue Negrín, el doble rasero. Dejando de lado su vida privada, escandalosa para muchos testimonios, tuvo escándalos financieros como el del yate Vita. Anda que si Franco hubiera tenido un yate Vita. Quizo enlazar una guerra perdida con la guerra mundial. Existen pruebas documentales soviética de que Negrín estaba naturalmente al tanto de la idea soviética de que el pce engullera al psoe y se fuera haciendo con el poder si vencían la guerra. De ahí que a Marchenko le dijera tras la batalla del Ebro que hombre, lo de la fusión era complicado por lo dinamitado que había quedado el psoe, pero que tenía fórmulas como la coalición aquella que llamarían frente nacional, en la que el pce tuviera el protagonismo, y en palabras de Negrín, no se volviera al parlamentarismo, para no dar opción a las derechas de volver al poder. En el fondo le dolía que, siendo él socialista, los comunistas y soviéticos engulleran a su psoe, pero ese era el final si había victoria.
Negrín se ganó los odios de todo el mundo. El poderoso ala caballerista no lo tragaba porque veía en él la personificación de la jugarreta que les hicieron en mayo del 37. Los anarquistas veían en él el responsable de la sovietización paulatina del país, que hacía que muchos de los suyos, además de los más minoritarios poumistas, acabasen en las checas del NKVD torturados o asesinados. Los republicanos tampoco lo tragaban pues estaban hartos de una guerra que él quería alargar. Y esto solo en su bando.
Pero en fin, le prometo que no le molesto más. Siga vd. ennegreciendo a unos y dando brochazos de cal a otros.
» Y con ese término, fascismo, se bautizó a toda oposición frontal, no ya, lógicamente al comunismo, sino a las demás utopías revolucionarias.» Y por esto, aclaro, se acabó llamando fascistas a cualquiera que se opusiera a la revolución, desde el centro de Lerroux hasta los monárquicos, carlistas, etc…
Está claro que Ramosov , al igual que su admirado stanley Payne, desconocen cuáles eran las condiciones internas de la URSS en los años 1935-1938, con al menos 3 ó 4 conspiraciones internas(con sus vectores externos) de gran calado, la más importante de las cuáles era la militar y que dieron lugar a los trágicos días de la «yezohschina».(vid.Arch getty:Practicing Stalinism: Bolsheviks, Boyars, and the Persistence of Tradition ,Yale univ.press,2013)
Conociendo esto, es evidente que hablar de operaciones por parte del gobierno de stalin, para «sovitizar» españa es una estupídez mayúscula, en unos momentos en que el gobierno soviético estaba en la «cuerda floja» y sólo podía contar con una parte del partido y algunas secciones del NKVD.
Está claro que a Ramosov y cía les importa un pepino la evidencia de los archivos soviéticos cómo señala el profesor Viñas.
¡Estimado profesor Viñas!, quizás resulten de interés para usted y sus lectores dos recientísimos artículos críticos contra la «Guerra civil» de Pérez reverte y sobre el libro de Stanley Payne y Palacios
*David Becerra Mayor: La absurda guerra de Pérez-Reverte:http://www.elconfidencial.com/cultura/2015-11-11/perez-reverte-guerra-civil-contada-a-los-jovenes_1091187/
*Juan josé del Águila Torres:La represión política del franquismo a través de las jurisdicciones especiales. Lo que oculta la biografía de Franco de Payne y Palacios:
http://www.cronicapopular.es/2015/11/la-represion-politica-del-franquismo-a-traves-de-las-jurisdicciones-especiales-lo-que-oculta-la-biografia-de-franco-de-payne-y-palacios/
Saludos.
Mientras la izquierda no reconozca los crímenes y golpes de estado anteriores a la guerra civil y al franquismo no hay nada que hacer. Olvidando la Historia la estamos repitiendo. Que asco de país, de educación y de historiadores.
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Bonjour professeur,
Largo Caballero, dans ses brèves mémoires («MIS RECUERDOS») n’est pas tendre avec NEGRIN, mais manifestement le portrait qu’il brosse n’est pas exempt de rancoeur et de manque d’objectivité.
A mon sens, Juan Négrin a été le plus capable des dirigeants républicains qui se sont illustrés pendant la guerre civile.
Pour la trahison de Casado, Beistero et Mera, il faut sans doute souligner aussi le role de Miaja, mais je crois que Cipriano Mera est un peu à part dans ce triste final, j’ai le sentiment qu’il a été manipulé et aveuglé par son anticommunisme viscéral, qu’il n’a pas mesuré l’impact de ce coup d’état (contrairement aux autres qui avaient noués des contacts très étroits avec la cinquième colonne…).
Bien cordialement.
Roger Cortijo
Cher Monsieur,
Je suis en général d´accord avec vos commentaires. Permettez-moi de vous informer tout de même que Mis recuerdos ne sont pas fiables. Les mémoires de Largo Caballero ont été publiées en dix ou douze volumes por la Fundación Pablo Iglesias. Les mémoires de guerre occupent deux volumes. Pour la trahison de Casado de nouvelles informations sont contenues dans un livre qui sera publié prochainement de Carlos Piris Gonzalez (En la zona roja. La quinta columna en la guerra civil española) à paraître chez Comares.
Bien à vous
Angel Viñas