Bienvenida

20 diciembre, 2013 at 10:24 am

Pertenezco a una generación a la que el uso de los medios de comunicación digitales no se le da demasiado bien. Si ahora inicio este blog, para mi una aventura, es porque me he dado cuenta de la importancia de estar presente en ellos y Editorial Crítica también me ha impulsado.

A lo largo de toda mi carrera como historiador, que empezó allá por 1970, siempre he considerado que sin documentos no se escribe historia. Toda mi producción está basada en lo que llamo evidencia primaria relevante de época (EPRE). Cuando, en torno al año 2000, pude recomenzar a escribir  lo primero que hice fue volver a los archivos. Evidentemente no todo el pasado se refleja en documentos. La EPRE es un concepto elástico que depende de los objetivos de la investigación. Puede ser periódicos, fotografías y una variada panoplia de artefactos culturales.

He estado siempre interesado en desentrañar el porqué de los hechos y cómo ocurrieron. Hay que aproximarse con humildad, en el contexto apropiado e investigar sus dimensiones no banales. Son estas las que alumbran los procesos de decisión, en circunstancias dadas sí, pero con un cierto margen de maniobra de los agentes históricos. Teóricamente, la aspiración estriba en escribir una historia lo más total posible.

He partido de tres premisas que hago explícitas:

– La historia es, en gran medida, una construcción cultural. Es aquello que genera un amplio consenso entre los historiadores tras largos procesos de contrastación (de referencia a los datos) y de crítica intersubjetiva.

– No hay, en realidad, historia definitiva. Los historiadores somos productos de nuestra época. Nuestros paradigmas interpretativos están sometidos al cambio histórico.

– Ello no obstante, puede y debe avanzarse en historia. Para el período que a mí me interesa, que es la contemporaneidad española (República, guerra civil, dictadura franquista y transición) el progreso posible es la resultante de dos vectores: el descubrimiento o reinterpretación de EPRE y la aplicación de los paradigmas más adecuados para tratarla.

En este blog lo que me propongo (y quienes lo lean ya me dirán si acierto o no) es identificar algunos de los mitos que gravitan sobre esa contemporaneidad y, de vez en cuando, plantear sugerencias que se me ocurren tras la lectura de libros que creo interesantes.

Trataré de escribir posts con frecuencia (dos veces por semana, al principio). Señalo que en un primer momento me concentraré en aquellos mitos que he podido derrumbar con mi manejo de la EPRE. Hay, evidentemente, muchos otros que han abordado otros colegas. Siempre reconoceré mi deuda con ellos. Nadie trabaja aislado (aunque como llevo más de 25 años fuera de España, en mi caso la soledad es un tanto acentuada). Estaré abierto al diálogo con los lectores. He aprendido mucho de mis colegas y de mis alumnos. No veo por qué no podría aprender de ellos. Lo que ruego es que tengan en cuenta que, desde mi jubilación, lo único que hago como actividad intelectual es pensar en Historia.  A la larga, da resultados.