DICTADURA Y CORRUPCIÓN
En general todo poder dictatorial se ve acompañado de fenómenos de corrupción más o menos extendidos. El problema para el historiador estriba en identificarlos y cuantificarlos. Confieso que sobre este tema solo tengo alguna idea en el caso de la dictadura hitleriana aunque he investigado directamente algunos aspectos de lo que ocurrió en la española. Aprovechando el LXX aniversario del ocaso de los dioses nazis voy a hacer algunas consideraciones sobre el tema en cuestión. La pregunta es ¿cómo consiguió la dictadura consolidarse por medio de la corrupción?
En el caso nazi la respuesta tiene un doble filo. El primero estribó en subordinar las élites a los regalos y obsequios que solo dependían de la voluntad omnímoda del Führer, a su vez personaje corrupto. El segundo se tradujo en políticas destinadas en hacer participar a los súbditos (que no ciudadanos) de la munificencia nacionalsocialista.
Durante mucho tiempo, y con relevantes excepciones, los historiadores académicos no mostraron demasiado interés por ambos temas, salvo en la identificación de las ayudas de los círculos empresariales a Hitler, uno de los puntos claves de la historiografía comunista. La situación empezó a modificarse con el cambio de siglo en la dirección apuntada en la introducción a este post.
En 1999 estalló una pequeña bomba. Un historiador militar, Gerd R. Überschär, y un general de brigada, ya jubilado, Winfried Vogel, habían decidido que era el momento de estudiar la política de donaciones que practicó Hitler con respecto a sus elites, en particular las militares. El resultado fue tremendo. El semanario popular más intelectual de Alemania, Die Zeit, consideró que se había esperado nada menos que cincuenta años a un libro como el que ambos autores publicaron. El respetado periódico de centro-izquierda de Munich, Süddeutsche Zeitung, señaló que después de leerlo no quedaba demasiado de las tan cacareadas virtudes de los generales y mariscales prusianos.
El libro tuvo un título magnífico: Dienen y Verdienen (es decir, servir y ganar en términos literales). Como los lectores advertirán contiene un juego de palabras al utilizar el verbo dienen como soporte). Diez años después de su publicación iba ya por la cuarta edición, lo cual no es nada desdeñable en un mercado tan saturado de obras en torno al nacionalsocialismo como lo está el español con respecto a la guerra civil y al franquismo.
Me apresuro a señalar que el estilo de la obra no es nada sensacionalista. Es un estudio académico frío, repleto de datos, estadísticas y referencias a fuentes primarias. Se basa también en una bibliografía que contiene en torno a 50 libros memorialísticos y unos 90 de literatura secundaria. Empieza con un estudio histórico sobre la práctica de los emperadores alemanes y presidentes de la República de Weimar seguida hasta el advenimiento de Hitler. En general tal práctica era pública o estaba sometida a algún tipo de control.
Las cosas empezaron a cambiar con la instauración de la dictadura en 1933. Hitler se rebeló contra las disposiciones que podrían limitar su poder omnímodo. Como es lógico, pronto consiguió sus deseos. Le ayudó considerablemente el que al año siguiente falleciera el presidente de la República, mariscal Paul von Hindenburg, en cuyo cargo se habían concentrado las posibilidades de extender el manto de la munificencia del Estado.
A partir de entonces Hitler corrumpió sistemáticamente a las viejas y a las nuevas elites. Estas últimas, nacionalsocialistas, estaban encantadas. ¡Para algo se habían hecho con el poder político!. (En el franquismo, ¡para algo se había ganado la guerra!). El Estado, en sus manos, se convirtió en una vaca que cuanto más se ordeñara, mejor.
Las viejas elites contaban, sin embargo, con centros de poder alternativos eventuales. En primer lugar, las Fuerzas Armadas (la Wehrmacht) seguidas de la eficiente Administración de corte prusiano y de los medios de negocios. Los más fáciles de doblegar fueron estos últimos. Con el rápido despegue del rearme y la superabundancia de pedidos estatales, ¿quién iba a ser la empresa que se resistiera ante los gruesos bombones que el gobierno desparramaba a troche y moche?. A los militares se les engatusó desde el primer momento con aumentos de sueldos (también a los jubilados), vacaciones pagadas, regalos simbólicos y condecoraciones. Todo, si se me apura, de lo más normal.
Ya lo fue menos la política seguida a partir de 1939 en los tiempos de guerra. Además de intensificar las medidas anteriores, Hitler innovó considerablemente. A quienes se distinguían, o a quienes se quería favorecer, se les multiplicaron los regalitos en forma de aumentos extraordinarios de la paga o de los complementos, obsequios de todo género, incluidos productos alimenticios raros o escasos, hasta llegar a la donación de fincas o predios enteros. Ni que decir tiene que, en un alarde de generosidad, los beneficiados por tales dádivas quedaban exentos de tributar por ellas.
Es más, esta política se adaptó como un guante a las circunstancias particulares de cada caso, es decir de cada persona a la que interesaba corromper para ligarla más y más al régimen. Lo más fácil fue, desde luego, otorgar grandes sumas de dinero a los mariscales y generales que formaban la cúpula de las Fuerzas Armadas, incluidas las Waffen-SS. Se llevó hasta sus últimas consecuencias, incluso cuando la guerra empezó a tornar mal para Alemania. La pagaduría militar no dejó de tramitar los sueldos y sobresueldos hasta el amargo final. Este tipo de actuaciones también se llevó a cabo con la jerarquía del partido nazi y con los altos cargos de la Administración. ¡Aleluya!.
Es evidente que a nadie le amarga un dulce y que las penas por el futuro de la PATRIA podían mejor anegarse en una irresistible mezcla de alcohol, tabaco y dinero. En numerosos casos las cantidades fueron astronómicas, sobre todo en comparación con los ingresos que percibían las grandes masas de la población. Si esto lo hacía Hitler a su elevado nivel, el lector comprenderá fácilmente que sus sicarios no le irían a la zaga. Los mandos superiores del partido y de la Administración también se mostraron generosos con sus subordinados.
En el juicio a los grandes criminales de guerra de Nuremberg el tema de los regalos a las élites militares, políticas y administrativas salió brevemente a la superficie. No hay que subrayar que todos los que habían tenido algo que ver con ellos trataron de disminuir su importancia. La documentación aportada tenía lagunas y la memoria de los testigos resultó ser sospechosamente frágil. Supongo que también tuvo algo que ver la vergüenza torera de confesar situaciones de exorbitante privilegio económico. Así se ocultó una de las cataplasmas más efectivas que el Führer había aplicado para calmar los dolores de sus generales, ministros, diplomáticos y cuadros represivos.
Hablar de dinero, money, regalos, coimas, despierta tantas emociones….
Preguntas: si esto lo hizo Hitler, ¿cual fue el comportamiento de Mussolini? ¿cual el de Franco?. Sobre la corrupción inherente al sistema estalinista ya existen largos tratados que han analizado pormenorizadamente los privilegios de la nomenklatura. Algo se ha hecho en España (recuerdo el caso de Carlos Barciela, catedrático de la Universidad de Alicante, con sus incursiones en varios de estos temas). ¿No habrá más?
Gran artículo, profesor Viñas. Un tema muy interesante.
Hace años leí «Ricos por la guerra de España», del periodista Mariano Sánchez Soler.
http://www.casadellibro.com/libro-ricos-por-la-guerra-de-espana/9788486115562/1143461
Es un trabajo exhaustivo, con una enorme recopilación de datos, y resulta por tanto muy interesante, pero creo que le falta un tratamiento analítico, desde la investigación histórica, propiamente dicha.
Un saludo
Conozco el libro de Mariano Sanchez Soler. Ha escrito varios muy interesantes. Yo espero poder aportar algo más el próximo otoño. Muchas gracias
¡Estimado profesor Viñas!:
Coincido con usted en que la corrupción era inherente al nacionalsocialismo;sus aseveraciones citando el estudio de dos investigadores alemanes, se ven corroboradas por Fabrice d’Almeida:”la vie mondaine sous le nazisme”,Perrin, Paris, 2006.
Almeida documenta exhaustivamente la corrupción sin limites de la jerarquía nazi, de las élites “arianizadas” y del Reichswher. La guerra no hizo más que ampliar el campo de acción de estas “élites extractivas”.
Pero a continuación usted afirma:”Sobre la corrupción inherente al sistema estalinista ya existen largos tratados que han analizado pormenorizadamente los privilegios de la nomenklatura”.
Le aseguro que cómo doctor en filología eslava que soy, conozco bastante bien la literatura sovietológica y desconozco a que tratadistas se refiere, y asi de partida, su aseveración me suena a una mera “petición de principio”.
De hecho, la evidencia apunta a que uno de los objetivos básicos del sistema soviético tal y cómo lo articularon Lenin,Felix Derzinsky y Stalin era la lucha contra la corrupción de las élites soviéticas tanto civiles cómo militares, un mal heredado de la Rusia zarista.
*Evidencia sobre esto puede encontrarla en el libro de Antonio Fernández Ortiz:”Ve y lucha.Stalin a través de sus círculo próximo”,Barcelona,el Viejo topo. 2012,pags.22-23,27,75 y76,en la página 76 verá que una de las primeros decretos bolcheviques fue contra el soborno, del 8-marzo de 1918.
El sobrino político de Stalin,Vladimir Fiodorovic Allileuev,atestigua en la página 22:
”No era necesario robar para acabar con una condena de 5 ó 10 años de cárcel ó condenado a muerte:era suficiente con demostrar negligencia, incompetencia ó no cumplir con los planes de producción establecidos”.
Este testimonio lo corrobora también el que fue comisario de agricultura ,Ivan Benediktov.
No parece que fuera el caso de la Alemania nazi ó la España franquista.
*Se suele desconocer que el NKVD, ya existía en 1917 y que fue creado por Dzersinsky con un objetivo esencial , actuar cómo una policía económica para el control de la clase dirigente.
(Vid.Natalia Belskaya:”Felix Dzersinsky, a biography”,Moscow,Progress publishers,1988,capitulo 8 y 9)
*El caso más clamoroso y menos conocido de caída en desgracia a causa de la corrupción es el del gran héroe de la URSS ,el mariscal Zhukov
La causa de la degradación de Zhukov fue el robo de tesoros artísticos alemanes que depositó en su dacha de Rublevo(Moscú).
Se efectuó una investigación en la dacha los días 8-9 de enero de 1948, por parte del jefe del Nkvd,Abakumov y se emitió el dia 10 un informe “top secret” dirigido a Stalin con fotografías adjuntas de los bienes artísticos apropiados por Zhukov.
El tesoro comprendía una ingente colección suntuaria de pieles,tapices, cuadros, juegos de porcelana, acordeones de lujo y fusiles de caza de lujo de la firma Gatland entre otros objetos.
La evidencia fue publicada en una revista oficial “Voennii archivy Rossii,1,1993,pp.175-245 de la que sólo se editó un numero y que por tanto es una rareza bibliográfica.
El gran especialista en el mariscal que es el profesor Geoffrey Roberts desconoce en su libro de 2006,”Les guerres de staline”(ed.francesa, 2015) este importante documento;ignoro si lo ha tenido en cuenta en su reciente biografia sobre Zhukov, publicada en 2012.
*En el citado libro de Fernández Ortiz se cita otro caso que es el de Nikolai Vlasik,teniente general y guardespaldas personal de Stalin,que fue destituido en abril de 1952,acusado de apropiación de dinero del estado y condenado a 10 años de prisión,luego rebajados a 5 .
En sus propias memorias,Vlasik reconoce que la acusación era verídíca.
Muchas gracias por su atención.
Rafael granados.Madrid
Estimado amigo,
Le ruego me perdone si no he contestado antes. Suelo entrar raras veces en el panel de comentarios. Hoy lo he hecho porque he estado de vacaciones en Sicilia y he querido ponerme al día. Sin entrar en detalles le sugiero que eche un vistazo al último capítulo de la biografía de Stalin de Oleg V. Khlevniuk y, en particular, al último capítulo, titulado El Funeral. El Vozhd, el sistema y el pueblo. Como es de 2015, está al día. Cordiales saludos
Le envío un cordial saludo, me gustaría saber, desde su perspectiva, ¿Qué libros recomendaría para entender mejor a la segunda Guerra mundial, propiamente del nacionalismo?.
Bueno, la literatura es inmensa. No me atrevo a darle un título por encima de otro. El estado actual, a hace unos años, sobre el conocimiento en torno a la SGM se encuentra en The Cambridge History of the Second World War, que yo sepa no traducido. Hay multitud de obras generales, escritas por periodistas e historiadores.