EL XL ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE FRANCO
Los aniversarios redondos tienen la virtud de despertar una atención particular, sobre todo si acaban en cero. Este mes de noviembre se cumple el XL del fallecimiento de Franco. No es de extrañar que ya en el curso del año hayan aparecido libros sobre él y su dictadura. También quien esto escribe ha participado. Mi propósito, en concordancia con el lema que inspira este blog, ha consistido en someter a contrastación documental, en todo lo posible, algunos mitos que derivan de la «plastilinización» del pasado inscrita en el canon impulsado por Franco.
Ya está colgado en este blog y en la red (http://e-revistas.uc3m.es/index.php/HISPNOV/index) el trabajo que un grupo de historiadores hemos preparado a lo largo de los últimos meses para someter a análisis una biografía de Franco que se adelantó todo un año al XL aniversario. Lo refleja un número extraordinario de la revista académica digital HISPANIA NOVA de la Universidad Carlos III de Madrid.
Tiene tres propósitos. El primero estriba en revelar las líneas de blanqueamiento a las que la figura histórica de quien solía ser calificado como Su Excelencia el Jefe del Estado (SEJE) ha sido sometida en la biografía conjunta escrita por el ilustre profesor Stanley G. Payne y por el periodista, y antiguo miembro del CEDADE, Jesús Palacios.
El segundo consiste en invitar a aquellos historiadores de buena fe a que, si lo consideran conveniente, disputen los hechos en los que hemos fundamentado nuestras críticas. Todos nosotros consideramos que, en plan profesional, las ideologías o posturas de los historiadores como meros seres humanos han de ser disciplinadas por el respeto a los hechos, las fuentes y los métodos comúnmente aceptados de la metodología histórica.
El tercero pretende incitar a que, si las circunstancias institucionales lo permiten, se lleve a cabo una edición española de la querella de los historiadores que años atrás tuvo lugar en Alemania sobre el nacionalsocialismo.
En este sentido la más que previsible pérdida de la mayoría parlamentaria absoluta por parte del PP, la probable formación de un gobierno de coalición o por lo menos apoyado desde el Parlamento por alguna otra fuerza política y, no en último término, la verosímil salida del futuro Gobierno de algunos de los ministros más perjudiciales para la investigación sobre la guerra civil y el franquismo (estoy pensando en el de Defensa) deberían impedir la continuación de la política de cierre de los archivos de Defensa que el Sr. Morenés ha defendido con argumentos espurios cuando se ha dignado pronunciarse al respecto.
Por no hablar de la aparición de otro clima político en el que la mal denominada Ley de Memoria Histórica, que el PP no se ha atrevido a derogar (aunque sí a vaciar de sustancia), pueda volver a ponerse en práctica activamente. Esto no es algo que solo interesa a los historiadores. Tiene una gran resonancia social y en su momento reflejó la respuesta, en mi opinión imperfecta e insuficiente, a las demandas de los descendientes de las víctimas de la represión multimodal, permanente y agresiva, de la dictadura franquista, un hito en la historia de la infamia española por mucho que Payne/Palacios -y otros- hayan intentado maquillarlo.
El número ya colgado en la red pretende proporcionar elementos de juicio y de reflexión para que los españoles de buena voluntad, que probablemente somos la mayoría, puedan continuar ejerciendo presión a través de las organizaciones de la sociedad civil, de los partidos políticos y de su representación parlamentaria con el fin de inducir al futuro Gobierno a adoptar una actitud concordante con los estándares habituales de los países occidentales de la Unión Europea. Quizá no se logre que España se ponga en cabeza del ranking de respeto a los derechos humanos pero, por lo menos, debería dejar de estar situada a la cola y solo por delante de Cambodia en ciertos aspectos.
Nuestro trabajo tiene huecos. No hemos querido entrar a analizar las posibles razones por las cuales un historiador extranjero, otrora prestigiado, se ha visto inducido a hacer equipo con un periodista de peculiares antecedentes. ¿Es que entre los historiadores españoles de derechas, que los hay y buenos, no encontró mejor compañero el profesor Payne?
Tampoco hemos indagado en que tal asociación no solo se ha orientado a producir dos libros escasamente presentables. Si no mienten las informaciones sobre ellos existentes en la red, Payne y Palacios son también socios en una empresita que publica un boletín digital de ensayos sobre temas españoles e internacionales. Sin duda aprovechando las economías de escala, dicha empresa también se ocupó el año pasado de producir e introducir entrevistas en medios digitales para hacer publicidad de su magna obra.
Naturalmente ambos socios están en su buen derecho y no hay, ni por asomo, nada ilegal en ello pero lo traigo a colación como muestra de que la transparencia que debe exigirse a todo historiador (en particular si aborda temas controvertibles y controvertidos) no es un rasgo que caracterice a tan connotados autores.
Hemos lamentado la ausencia en este número de HISPANIA NOVA del profesor Paul Preston. Razones de trabajo le impidieron participar en él. Sin embargo, me es muy grato anunciar que el autor de la gran biografía de Franco, al lado de la cual la de Payne/Palacios es una mera mala sombra, ha acometido la tarea de ponerla al día, en la medida de lo posible, y que estará en la calle antes del 20N. Los lectores españoles tendrán, pues, la posibilidad de comparar ambas y extraer sus propias conclusiones.
Una reflexión última: para cualquier historiador profesional normalito es motivo de asombro leer comentarios en los medios digitales en relación con sus obras porque simplemente no concuerdan con los a priori de los comentaristas. Amparados en el anonimato despotrican sin el menor pudor, y generalmente sin haberlas leído, aunque siempre con autoridad, desparpajo y desprecio. Sin ahorrar insultos. Los hechos no cuentan. Hay que ir a la descalificación personal. No en vano se ha dicho que los comentarios digitales anónimos se han convertido en el equivalente posmoderno de los graffiti de los urinarios públicos.
Es sabido que el argumento ad hominem es el argumento de quienes que no tienen otros argumentos. Quien esto escribe ha sido tachado de comunista y masón (pecados nefandos para quienes en la mejor tradición franquista profieren tales acusaciones pero que no figuran entre los que practico) como si por ello mis análisis perdieran cualquier valor que pudiesen tener. Eso sí, Ricardo de la Cierva y Luis Suárez Fernández, máximos hagiógrafos de Franco, deben de ser para ellos glorias nacionales. Que el Señor les conserve larga vida para escribir muchas más obras.
Estimados señores:
*Pedro gonzález Cuevas: no entiendo su parrafada contra el profesor Viñas, de lo mejorcito que tenemos en la historiografía patria, sea ésta de derechas, de izquierdas ó mediopensionista.¿Cuál es su curriculum investigador de archivos, en puridad cómo tal historiador?. Escasa ó nula, en función de lo que observo en su currículum presente en dialnet, muy florido pero en su mayor parte ensayístico, es decir lo fácil a la hora de escribir y polemizar.
Justo lo contrario del profesor Viñas, un asiduo de los archivos.
Ramosov: de Stanley Payne cómo hispanista no puedo hablar con criterio, pero si de un campo que domino que es la sovietología y le puedo decir que Payne cómo «opinador» sobre la historia de la URSS y del periodo de Stalin, es horrible y todo los que dice que «sabe» es absolutamente falso.
Stanley Payne en los 50 parece que quiso orientarse en este campo de la historia soviética, afortunadamente no lo hízo ya que esta disciplina ya rebosa de historiadores incompetentes y horribles cómo los Timothy Snyder,Gellatelly,Karl Schlogel,Roger moorhouse, etc, etc… y el problema no es que sean de derechas ó conservadores, es que ¡ son muy malos historiadores porque ni siquiera saben «leer» una fuente primaria !!.
¡En Rusia, hay muy buenos historiadores de la época soviética y muchos son de derechas, pero sin anteojeras a la hora de analizar la evidencia!.
un saludo.
Rafael:
Yo no he mencionado a la Unión soviética ni al sovietismo, sino cómo Payne se va dando cuenta con el transcurrir de los años, de la importancia capital que tenía la revolución en el proceso histórico de los años 30 en España. A eso, desde la izquierda hay quienes lo llaman cambio de chaqueta o derechización de Payne, que le habría hecho acoger «tesis franquistas». No es eso, sino que Payne supo ir dándose cuenta, precisamente porque sabe interpretar las fuentes, de cuál era la clave principal para conocer los orígenes y naturaleza de la guerra civil española.
Es cuestión de opiniones, claro está, pero para mi, precisamente su obra «Unión soviética, comunismo y revolución en España» es de las que me parecen más completas y logradas, sabiendo interpretar más ampliamente que el propio libro de Radosh, España traicionada, la documentación soviética desclasificada.
Sr Cuevas : yo no soy defensor de nada ni por supuesto del profesorViñas, usted mismo reconoce la «erudición archivística» del profesor Viñas; no tengo mientes en reconocer mi equivocación en si he juzgado mal su labor archivística; en todo caso los campos de investigación de usted y del profesor viñas son distintos y apenas se solapan con lo cuál es dificil establecer comparaciones.
desde luego que no voy a entrar en sus ganas de polémica sarcástica, que se ve que le gusta mucho, a lo mejor es que le sobra mucho el tiempo.
*Estimado Ramosov: he leído la obra de la que usted habla y a mi juicio es profundamente desacertada, el problema de Payne es que no puede ó no quiere entender lo que sucedió realmente en la URSS en los años 30, a partir de ahí todo el chiringito interpretativo se le viene abajo.De hecho ,Payne no hace más que reciclar los viejos (y obsoletos) esquemas de Bulloten y Robert Conquest.
saludos.
¿Me podría vd. narrar brevemente lo que ocurrió en la URSS en los años 30, y que Payne parece -según vd. dice-que no entiende? Le rogaría que me lo escribiera, no es necesario que sea extenso, pues así yo podría juzgar -con mi criterio- lo acertado o desacertado de Payne.
El profesor Payne, que establece como deus ex machina de su argumentación el papel de simple correa de trasmisión de las órdenes soviéticas por los partidos comunistas, comete una clamorosa equivocación acerca de la secuencia de las líneas estratégicas -Frentes únicos por arriba o por abajo- emanadas de los Congresos de la Internacional Comunista en los años 20 y 30, llegando a INVERTIRLAS por completo. Se puede apreciar la diferencia abismal que existe entre la interpretación de Payne y la de Rafael Cruz sobre ello comparando la lectura de las páginas 14-16 del libro de Payne: Unión Soviética, comunismo y revolución en España, y la 106-108 del trabajo de Cruz: El Partido Comunista de España en la Segunda República. Alianza Editorial, Madrid (1987). Un fallo de principiante.
Ladran… luego cabalga el viejo profesor
sr.cuevas: es la última vez que discuto con usted y sus mal encaradas formas, se ve que es usted un gallito y un faltón, pero si le diré que soy licenciado en historia medieval y especialista en paleografía,de archivística seguro que sé tanto cómo usted.
Y los archivos, con independencia de la escuela de pensamiento, son el soporte del trabajo histórico a diferencia de la ensayística ó la publícistica pseudohistórica.
Y si soy analfabeto, mejor para mí , asi tengo mucho más que aprender,ya que usted lo sabe todo.
Por mi parte aquí termina la discusión con su excelencia , a no ser que se trate de cuestiones empíricas ó concretas bien delimitadas que tengan que ver con la historia medieval ó la historia soviética que son mis especialidades.
Estimado Ramosov: desgraciadamente no dispongo del libro de Payne que usted cita para responderle, lo tengo a 400 km de distancia, pero en los próximos dias respondo a su petición.
saludos.
sr.gonzález cuevas: confunde usted al sr.Serrano conmigo.
yo no soy nostálgico de la URSS, ni de nada;usted seguramente será un gran erudito de las derechas españolas, pero de la historia de La Urss no sabe absolutamente nada, aparte de repetir cuatro tópicos mal hilvanados en sus artículos ó arremeter contra Domenico losurdo por escribir un estimable libro que usted considera una apología de Stalin.
Naturalmente , usted no se ha molestado en hacer un escrutinio crítico de esta obra, señalando dónde Losurdo se equivoca en los datos empíricos y afirmaciones que ofrece.
Hacer apología de la dictadura franquista debería ser perseguido penalmente.
La única aportación de estos señores de la caverna:Pedro C. Gonzalez Cuevas y Ramosov sigue siendo señalar como «comunistas y masones» a los que ponen de manifiesto evidencias que no ensalzan al»invencible Caudillo», personaje criminal donde los haya.
Serán capaces estos personajes de condenar la dictadura fascista de su amado general.El PP de momento no lo hecho.
Serán capaces de dar una explicación al enriquecimiento del general, cosa que se intuía pero no había evidencias
Hay un tema habitual en el discurso izquierdista, que es el de los fusilamientos de posguerra. Ellos lo venden como que era una persecución criminal, indiscriminada, en la que se fusilaba a cualquiera y siempre «por ser» de izquierdas, nunca por nada más. Además se fusilaba a mansalva, se estuvo fusilando dicen, hasta el mismo final del franquismo, con aquellos 5 asesinos del frap y eta, tema en el que ya el franquismo se empezó a bajar un poquillo los pantalones, porque en realidad eran creo que 17 los asesinos que estaban condenados a muerte, y como es algo que ocurrió al final del régimen, pues les sirve para decir que «se fusilaba hasta el final». Todo esto es falso como tantas cosas. Los fusilamientos con causa de responsabilidades en crímenes y demás acciones de la revolución más o menos se dejaron a mediados de los 40. Los archivos dan parece ser que unas 23.000 sentencias de muerte tras la guerra y de esas se ejecutaban la mitad más o menos. Había tantos asesinos a los que pillaron que estoy prácticamente seguro de que los 10 ó 12.000 ejecutados debieron ser asesinos o tener responsabilidades graves en la producción de la revolución, que es la que provoca la guerra.
Hoy en día, con la avalancha de propaganda de odios de la izquierda, se ha tendido a creer que el bando rojo era naturalmente el de los buenos -hasta les ofende que se dude-, y por lo tanto se piensan que cualquier represión contra los suyos es un crimen abominable. Esto no tiene ni pies ni cabeza. Al término de la guerra no se pensaba así ni remotamente porque cualquiera sabía lo que era una revolución marxista porque lo habían vivido más o menos cercanamente. Hoy en día sin conocer el tema y habiéndose hecho esfuerzos titánicos por ocultar la revolución cuesta verlo, pero la realidad es que la revolución del 36 fue absolutamente salvaje. Hay que tener en cuenta que los rojos -los llamo así porque lo eran y porque ellos mismos se lo llamaban orgullosos, cosa que muchos biznietos de combatientes, desconocen por pura ignorancia- no fusilaban nunca a criminales, sino a gente inocente, a gente que pillaban en casas, en conventos, en monasterios. La regla general era un interrogatorio, una prueba como prensa derechista o símbolos religiosos y al descampado al amanecer. Estamos hablando de muchas decenas de miles de gente que no había matado ni hecho nada, entre los cuales había miles -unas 7-8000 mil- de mujeres, algunas monjas, otras, la mayoría, lo que los rojos llamaban «beatas», mujeres que vivían con su familia y formaban parte de alguna asociación de la Iglesia o ayudaban en su parroquia, etc… A estas mujeres -he visto listados y las he contado, pues constan nombres y apellidos- las mataban siendo muchas incluso abuelas. Hay que ser una basura como persona para asesinar a millares de mujeres, a las que solo se podía acceder rebuscando en documentación de locales de las iglesias, etc… Hubo bastantes violaciones constatadas y muchas torturas, amputaciones etc… verdaderamente inconcebibles.
Quiero decir con esto que al término de la guerra se sabía lo que la revolución había hecho, y la preocupación de Franco era encauzar el tema o bien dejando vía libre para que familiares se tomaran la justicia por su mano, o dando paso a una justicia del vencedor vía represión judicial. Eligió esto último porque sabía que si no, el país se podía ver convertido en una ley de la selva en la que los familiares de los sacados/as, paseados/as y ultrajados/as fueran a por familiares del asesino de su padre, hermano, madre, etc…Y podían hacerlo, porque habían ganado los suyos, y ya en la primavera del 39 hubo conatos de tomarse la justicia por su mano, pero fueron cortados. Esta era la realidad.
Acepto este comentario aun cuando yo no he escrito nada sobre los temas mencionados. Este es mi blog y sugiero que los comentarios se atengan a los temas que planteo. Innecesario es decir que el blog lo lee quien quiere pero la falta de decoro académico y el empleo de ciertos adjetivos traducen un carácter incompatible con la orientación del blog.
En lo que Vd. aborda le sugiero la lectura de tres artículos (Ledesma, Moreno Gómez y del Águila) de cuyo contenido soy corresponsable por figurar en el número extraordinario de HISPANIA NOVA que he anunciado en el blog. Cordiales saludos
Aquel comentario mío que vd. ha borrado era simplemente mi extensa y razonada respuesta a un señor que dice que yo he llamado comunistas y masones, cosa que es falsa, así como mi forma de razonar cuestiones que ese señor plantea -samaniego-, en referencia a la condena o no condena del régimen de Franco, etc… Vd. sabrá porqué lo borra.
Yo solo contestaré excepcionalmente a exabruptos, como los de los caballeros que Vd. menciona. Naturalmente acepto cualquier crítica de mi obra o de mis posts. No estoy de acuerdo, sin embargo, en que la apología de Franco o de su dictadura sea perseguible penalmente. La libertad de expresión es un derecho del que los españoles estuvimos privados desde 1939 en adelante (algunos incluso desde 1936 en la zona sublevada) y constituye, en mi modesta opinión, un derecho absolutamente fundamental. Ciertamente el PP no ha condenado la dictadura ni parece que vaya a hacerlo. Que cada cual extraiga sus propias conclusiones. Sobre el enriquecimiento de Franco, el profesor Suárez lo niega tajantemente. El 19 de noviembre, fecha en la que SEJE entró en la agonía, publicaré en este blog mi respuesta. Cordiales saludos
La libertad de expresión no existía en la zona controlada por el frente popular durante la guerra civil. Me parece impropio de un profesor universitario decir que «estuvimos privados de la libertad de expresión…y algunos en la zona sublevada». La libertad de expresión no existía, simplemente en ninguna zona durante la guerra. Que teóricamente existiera una constitución, la del 31, que recogiera la libertad de expresión no quiere decir en modo alguno que ese derecho existiera. La constitución de diciembre del 31 era liberal-burguesa con fuertes tendencias jacobinas, pero incompatible con los regímenes revolucionarios de la guerra civil (el títere de Giral, el de Largo y la república popular de Negrín). La constitución estaba en suspenso.
No me quedo solo ahí. Antes del 18 de julio, las primeras fases del proceso revolucionario fueron tan violentas, y el gobierno hizo uso de un doble rasero tan escandaloso, que las derechas y los católicos se fueron viendo sometidos al acorralamiento y a la imposibilidad absoluta de obtener algo en unas elecciones. Como ejemplo bastarían las elecciones repetidas en Cuenca y Granada, que era lo que se temía Azaña para las municipales suspendidas en abril, y de ahí que las suspendiera.
Si la ley no se respeta ni se aplica, siendo el único sostén que ven los que se sienten acorralados, la convivencia deviene imposible y la democracia desaparece poco a poco.
Eche por favor un vistazo al libro dirigido por Eduardo González Calleja sobre la II República. En cuanto a la libertad de expresión en tiempos de guerra me permito recordarle de que, al menos en Europa, casi todos los países en situación de beligerancia dictaron normas más o menos restrictivas. Incluso los británicos. No conozco ningún estudio comparativo de la importancia de la censura en la zona republicana y en la franquista pero sí recuerdo que la censura de guerra entonces implantada prácticamente pervivió hasta la ley de prensa del ministro Fraga Iribarne, que no acabó tampoco con la censura.
Señor Viñas, yo no estoy hablando de censura en la guerra, sino de que la constitución del 31 estaba en suspenso porque era inaplicable ya que era incompatible con la revolución en curso. ¿Qué libertad de expresión ni qué gaitas iba a haber si la gente tenía que esconder objetos religiosos, prensa derechista, símbolos monárquicos, etc,… para que no los descubrieran y sirvieran de prueba para llevarlos al descampado al amanecer? Y esto, que era claro desde el 18 de julio, se iba produciendo desde febrero a modo de transición en la que el régimen liberal burgués iba perdiendo su esencia a golpe de presión revolucionaria.
Gracias por los libros que me aconseja leer, pero mi experiencia en lecturas de todo tipo me dice que hay más blanqueamiento del frente popular y de la revolución del 36 que de otras cosas.
Si Vd. lo dice, así será.
Yo no he llamado comunista ni masón a nadie. Repase vd. mis comentarios, a ver donde pongo palabras que en el caso de masón no uso jamás, y en el caso de comunista, me parece un insulto fuerte que no se puede soltar a la ligera. No hago como las extremas izquierdas, que en sentido contrario llaman fascista a cualquiera que les incomoda.
Sobre la condena al régimen de Franco, yo claro que no lo condeno. Y por eso no se es un fascista ni un cavernícola ni nada por el estilo. En mi opinión se es consecuente con el estudio del proceso histórico en su conjunto. Con los criterios que se siguen desde cierta izquierda habría que condenar a cualquier régimen político existente o que haya existido. A unos por corrupción, a otros por guerra sucia contra ETA, etc.., etc..
Y enmarcado en sus estrictos términos, el franquismo fue la solución excepcional que se dio en España a una crisis revolucionaria extrema y excepcional.
Habría que preguntarse si los que piden tanta condena al franquismo condenarían al frente popular. Este y la revolución que fueron poco a poco desatando la mayor parte de sus integrantes -dejando en la importencia a republicanos de izquierda- y posteriormente desbordándose dicha revolución, es un proceso primero. La reacción contrarrevolucionaria es un movimiento segundo. Siempre pedimos condenas al movimiento segundo.
Eectivamente ,sr.pedro usted me corrobora que no sabe nada de historia soviética, aparte de motejar insultar a la gente; eso es lo mejor se le da.
Si ha leído a losurdo seguro que lo ha léido cómo usted lo suelehacer atropelladamente , con una pseudoerudición en aluvión;basta con leer algunos de sus artículos.En ellos, no hay niguna investigación original.
Evidentemente, usted sería incapaz de hacer un escrutinio crítico de las notas del libro de Losurdo para ver dónde elautor ha prevaricado ó ha faltado a la verdad.
Es evidente que el libro de losurdo ha suscitado una gran aversión en el troskismo,pero que yo sepa nadie ha podido impugnar la veracidad de las fuentes utilizadas por Losurdo, considerando además que se trata de un ensayo, no de una investigación original.
Me hace siempre mucha gracia esto de «condenar». Condenar a un régimen político, a un político, a una institución, etc… Como si fuésemos jueces o magistrados legitimados legalmente. En cierto modo pienso que eso de condenar tiene reminiscencias totalitarias, de cuando «el pueblo» podía juzgar a quienes estuvieran enfrentados a la revolución proyectada o en curso, mediante la justicia revolucionaria. Esta se dirigía decían que por el pueblo para perseguir a derechistas, a miembros de la Iglesia, a laicos pertenecientes a organizaciones de la Iglesia, a gente que estuviese en el poder o en sus aledaños cuando fue derrotada la revolución de octubre, o a centristas normalmente republicanos. Sí, republicanos, pues eso es lo que eran Melquíades Alvarez, Martínez de Velasco, Salazar Alonso, Rico Avelló y tantos otros.
Todos esos grupos o segmentos eran el objeto de la justicia revolucionaria, y lo que se perseguía era la condena, precisamente, que es lo que tenía gracia de todos ellos, tildados de fascistas en conjunto.
Totalitaria es igualmente la pretensión de considerar delictiva la apología del régimen franquista, ya que con ella no se busca sino coartar la libertad de expresión. Razonar, argumentar y mostrar hechos indiscutibles de dicho régimen, si no le gusta a los nuevos censores rojos sería delictivo. Muy democrático.
Si no estoy de acuerdo con Preston por ejemplo cuando critica lo que considera un mito que Franco no quiso entrar en la II Guerra mundial, soy apologista del fascismo. Es que me parece sencillamente absurdo que el amo de Europa se desplace 2000 kms. y Franco 500 para una reunión en la que se trata el tema si el que quiere entrar es Franco. Y las cartas Franco-Hitler de principios del 41 son meridianamente claras.
No he leído nunca en obras de corte derechista que Franco fuese un genio militar comparable a Napoleón, pero valdría para ese oficio cuando consiguió vencer partiendo en desventaja.
Me parecen alucinantes las acusaciones de complicidad con el holocausto o cosas similares que se leen por ahí, cuando hay pruebas de que Franco dio instrucciones a diplomáticos españoles en centroeuropa para que salvasen a los judíos que pudiesen, considerando a los sefardíes como españoles.
Me parece también alucinante y falto de fundamento la acusación de que Franco daba cobijo a nazis pues era como ellos. Eran personas que estaban amenazadas de muerte y Franco no tenía clara la responsabilidad en crímenes que se les iba a achacar. Y sobre todo, se trataba -esto nunca se dice- de un período en el que España padecía un aislamiento económico que no pretendía sino provocar una hambruna que acabase derrocando al régimen. En esta situación Franco no tenía por qué dar satisfacción a naciones que habían dado el visto bueno a dicho aislamiento.
Y así tantas y tantas cosas.
Me permitirá que reserve mi respuesta a sus comentarios sobre Franco y la SGM a septiembre del año que viene cuando se publique mi libro al respecto. Sobre el cobijo de Franco a nazis tiene Vd., a su elección, tres obras. La versión ampliada de Carlos Collado Seidel, Angst vor dem vierten Reich?, o la recortada española. Más recientemente el libro de David A. Messenger.
Los demás temas no versan sobre lo que yo he escrito. De todas maneras, existe abundante literatura franquista, neofranquista y antifranquista, en el caso de que queramos poner cartelitos. Cordiales saludos
Sr .Ramosov : es alucinante que niegues el papel de España cómo cobijo de los nazis, cómo una de las plataformas de las «Ratlines».
El Vaticano,con el apoyo de los servicios secretos norteamericanos, laboreó incansablemente para el camuflaje y huída de estos «pobres hombres» y España desempeñó un papel no menor.l.(Vid.Annie Lacroix Riz: http://www.historiographie.info/122009golias.pdf
España como cobijo de nazis es la típica expresión de la historiografía de las apariencias, que se suelta sin analizar ni el contexto ni las circunstancias. La historia debe servirse de un análisis de hechos, interpretados éstos de manera correcta. Claro que fue un hecho que el régimen de Franco acogió a nazis, pero de ahí sacar la conclusión de que era un refugio de nazis no es correcto, aunque te choque, porque lo que se busca con esa afirmación es lo que se pretende políticamente: que el régimen de Franco era netamente fascista y muy próximo al nazismo, y buscaba defender a sus «hermanos» ideológicos.
La interpretación correcta es que el régimen de Franco acoge a nazis en la segunda mitad de los 40, pues son personas ante las que Franco tiene algo así como una deuda de gratitud -no identidad ideológica ni muchísimo menos, que no es lo mismo-, pues Franco sentía que no le fallaron en la guerra civil, cuando les necesitó y estuvo al borde de la derrota, como reconocía el cónsul alemán en informe del 25 de julio del 36 -en referencia a la penosa situación en que habían quedado los sublevados contra el proceso revolucionario en curso-. No solo eso. Franco, muy probablemente sabía que «falló» a los nazis cuando se opuso a su manera -porque se opuso, se ponga como se ponga Preston- a la entrada en la guerra, pues lo primero era lo primero para él, o sea España, y a España no le convenía pues suponía guerra en serio con Gran Bretaña y no se sentía preparado. Todo esto unido al hecho de que en aquellos años España padecía un aislamiento que amenazaba en hambruna, -que era buscada para tratar de derrocar a Franco- llevaba a que Franco decidiera que se quedasen en España. Sin el aislamiento económico, y con mayor comprensión internacional, España no hubiera admitido a los nazis en España, pero el régimen de Franco lo sentía como un enfrentamiento en el que no podía dar gusto a quienes estaban propiciando el aislamiento o consintiéndolo. De aquel aislamiento salió victorioso Franco. Fue su última gran victoria. La primera fue desde el Estado mayor sobre la revolución de octubre del 34. La segunda es en la guerra civil. La tercera es sobre el maquis en el año 44, y la última es sobre el aislamiento internacional. Se podría decir incluso que Eishenhower vino en el año 53 a certificar la victoria de Franco sobre el bolchevismo durante casi dos décadas.
Respóndete a tí mismo: ¿el régimen de Franco habría admitido nazis tras la visita del presidente de EEUU en el 53?
Todo depende de las conclusiones de tipo político que queramos sacar de los hechos, y si nos interesa por tanto convertirlos en historiografía de las apariencias.
Claro que si. Como que acogio a Ante Pavelic en 1957, uno de los mayores asesinos de masas de la SGM, protegido, entre otros, por la iglesia Catolica. Y al que los EEUU, por cierto, no trataron de detener.
Murió en Barcelona.
Ese caso, aparte de ser algo muy excepcional, está muy cogido con alfileres. ¿Qué hacía un yugoslavo 12 años después de acabada la IIGM sin que lo persiguieran por lo que hubiera hecho en su país en los años 30-40? Tenía que ser Franco el que hiciera justicia con él? Este croata en el 57 en realidad era un perseguido del comunismo, al cual el régimen de Tito intentó asesinar intentó asesinar. A él no se le quería juzgar sino asesinar.
Aquí tenéis un poco más de argumentación que pone las cosas en su contexto más adecuado.
Pregunta:Respóndete a tí mismo: ¿el régimen de Franco habría admitido nazis tras la visita del presidente de EEUU en el 53?
Respuesta: Pavelic.
Respuesta: «Es un caso cogido con alfileres.» «Tenia que ser Franco el que hiciera justicia con el?»
!Viva la coherencia!
Resumen:¿Acogio Franco a ex-nazis? Claro. Aun en 1957 acogio a uno de sus peores criminales sin ningun problema.
No, no tenía que hacer justicia con él. Pero podía no haberlo admitido. También rechazó la extradición de Léon Degrelle.
Un tio mata a centenares de miles en el bando de los nazis, se fuga al pais de Franco, y claro, como va a hacer Franco justicia con el y meterlo el carcel, juzgarlo y todo eso. ¿Porque deberia hacer justicia Franco? Al pobre Pavelic. ¿Un catolico apostolico romano como él? ¿El vigia de occidente? ¿Condenar a un genocida, asesino de masas? No, mejor dejarlo a su aire para que pueda carcajearse de sus victimas. Eso si, en la posguerra si que tenia tiempo para juzgar, pero luego, al pobre se le escapaba el tiempo para hacer justicia. Pero hombre, un genocida… ¿Tendria que ser Franco el que hiciera justicia con el?
Pero eso si, no tiene que ver con que acogiera Franco nazis por afinidad ideologica !No hombre, no que va!
Preguntas todas muy correctas.
Por Dios, no me diga que Pavelic era SOLO un perseguido del comunismo. La historia de su huida, protegido por eclesiásticos católicos, está suficientemente documentada. ¿Acaso no ejecutaron los norteamericanos, los franceses, los británicos, los soviéticos, los holandeses, los noruegos, etc. a criminales de guerra nazis o pro-nazis? Otra cosa es que el fervor justiciero decayera pronto.
Los casos de nazis acogidos por el régimen de Franco son básicamente de la II mitad de los 40, en unas circunstancias internacionales ante las cuales España y el régimen de Franco no tenían por qué plegarse y arrodillarse ante británicos y norteamericanos, que consentían el aislamiento internacional.
El caso de ese yugoslavo no es exactamente igual y repito que era un perseguido por Tito, cuyo régimen intentó asesinarle. El régimen ni era fascista ni nazi, no acogió a nazis por tal supuesta afinidad sino por otras razones. Lo que sí era es furibundamente anticomunista, lo que seguramente le llevó a acoger a ese yugoslavo, al que vio como perseguido por el comunismo.
Unas encinas sueltas en un pinar tienen que tener alguna explicación, pero no pueden hacer que llamemos a toda la masa arbórea pinar.
El régimen de Franco vino a «firmar» una «paz» con las democracias occidentales en el 53 ya que existía el enfrentamiento por haber apoyado éstas el aislamiento internacional del régimen. Pero esta situación de normalización no se dio jamás con los regímenes comunistas. Franco no tenía por qué entregar a un yugoslavo que había cometido crímenes en Yugoslavia para que lo juzgasen los norteamericanos, que además no daba ninguna garantía de que lo devolviesen a Tito. Para con los regímenes comunistas la postura de Franco era «ni agua», y esa es más o menos la explicación.
Me temo que pasa Vd. por alto muchas cosas. Afortunadamente lo que Vd. dice ha sido examinado minuciosamente por historiadores extranjeros teniendo un cuenta las variables relevantes: la guerra fría, la situación geoestratégica de España y el Alleingang norteamericano. Cuando Tito rompió con Moscú definitivamente y emprendió su tercera vía los norteamericanos, siempre bondadosos, le dieron más ayuda militar que a Franco.
Por cierto, Franco nunca tuvo nada que temer de los británicos (si se portaba bien), aunque sí algo de los norteamericanos entre 1942-44. Le sugiero que espere a leer los libros de Carlos Collado Seidel y el mío propio que aparecerán el año que viene en Crítica. Y se enterará de cosas que en España se ignoran.
Estimado profesor Viñas: tiene toda la razón en que los temas deben ser atinentes a la entrada, en este caso Franco, pero dado que el sr.Cuevas ha acusado a mi amigo el profesor Losurdo de «repugnante estalinista» con sus habituales malos modos, quiero recomendar al sr.Cuevas un artículo recientísimo de la profesora Annie Lacroix que seguramente exasperará de modo fóbico al sr.cuevas.
*Les sources d’« Apocalypse Staline » sur France2:
http://www.voltairenet.org/article189199.html
En todo caso el artículo de la profesora Lacroix muestra a las claras cómo trabajan los publicistas y psudohistoriadores de derecha en la UE, en su constante patología antisoviética ó rusófoba .
Será la última vez, ya que soy consciente que debía figurar en la entrada anterior sobre Oleg Klevniuk.
Ramosov ha hecho referencia a la cuestión del genio militar de Franco ; en lo que he podido leer en este campo era bastante discretito.
El ambiente español tampoco era propicio para el cultivo de los «genios militares»;España tenía un ejército paupérrimo y de hecho carecía de doctrina militar estratégica.
Sería interesante una comparativa con comandantes de su época , tan intrigantes y golpistas cómo el, es el caso de Petaín y del mariscal Tujachevsky en la URSS.
Petain al igual que Franco era un mediocre estratega, pero un hábil y afortunado político, de hecho después de la IIGM, salió de «rositas» de su colaboración nazi, en un juicio que fue una farsa.
Tujachevsky, aspiró a ser el «Franco ruso»,muchos historiadores le consideran un genio militar, el inspirador de la doctrina del «Combate profundo» ó P-36, doctrina que fue copiada de mala manera por los nazis a través de Guderian creando el mito de la «Blitzkrieg».
De hecho la genialidad militar de Tujachevsky es un mito parcial, aventado por algunos sovietólogos y por historiadores trotskistas.
Tujachevsky no hizo más que reproducir las enseñanzas tácticas y estratégicas de la Academia Frunze y de otros militares soviéticos, hoy desconocidos en Occidente.
Desde el punto de vista Político, Tujachevsky fue un golpista fracasado pese a los apoyos de Alemania y la anuencia de Gran Bretaña.
Afortunadamente para la URSS, Stalin y los servicios del NKVD, le pillaron con el «carrito de los helados» a pocos fechas del golpe planeado en mayo de 1937 y fue fusilado con toda su plana mayor.
Visto friamente es una pena para las victimas de la guerra civil que Azaña y otros dirigentes republicanos, no fuesen tan «desconfiados»-paranoico según los anticomunists- y sabuesos cómo Stalin y su equipo, a la hora de tratar con Franco y su plana mayor.
Muchas cuestiones juntas que ahora no puedo responder. Simplemente le diré que el estudio que está realizando el profesor Ángel Bahamonde parece ir en la dirección de que los quintacolumnistas abundaban en el EPR en mayor número de lo que hasta ahora se había pensado.
No soy experto en Tujachevski pero recuerdo haber leído obras académicas alemanas en la que se afirmaba que las SS (Heydrich) falsificaron documentación para inculparlo. Hablo de memoria.
Estimado profesor Viñas:
En realidad toda la evidencia disponible en este punto, apunta a la culpabilidad de Tujachevsky y su plana mayor.
Incluso la profesora Lacroix, ha encontrado evidencia en los archivos franceses cómo señala en su prefacio a la edición francesa del libro de Geoffrey Roberts,»Las guerras de Stalin».
La historia de la supuesta falsificación documental procede de algunos agentes del SD, después de la IIGM, esta historia también la cuenta Walter Schellemberg en sus memorias, aunque él mismo admite que Tujachevsky era culpable.
También se ha hablado de la colaboración en este asunto de un agente soviético Skoblin, un doble agente pero es todo especulación.
Sudoplatov en su libro «Operaciones especiales » niega tajantemente estas historias cómo pura intoxicación.
Después de la rehabilitación puramente política de Tujachevsky en 1957, Kruschev creó una comisión de investigación en los años 1962-1964, toda la evidencia que encontraron fue inculpatoria y no exculpatoria, por eso metieron el informe en un cajón, y no fue publicado en 1994.
Es poco conocido , salvo entre algún especialista ruso.
saludos.
Cuando me he referido a que la apología de la Dictadura franquista debería ser perseguida penalmente, no me refería al debate histórico, sino con más concreción a la exaltación del fascismo y a la negación de los crímenes del franquismo , como ocurre en otras legislaciones:
El artículo 86 delStrafgesetzbuch -el Código Penal alemán- castiga la propaganda de organizaciones anticonstitucionales, entre las cuales hay las de carácter neonazi; y el artículo 86a castiga la exhibición de símbolos de las anteriores organizaciones. Es decir, en Alemania es un delito salir a la calle con una bandera nazi o realizar en público el saludo con el brazo levantado
En Francia pasa una cosa muy similar: el artículo R645-1 del
Código Penal francés prohíbe explícitamente la “muestra o exhibición de cualquier uniforme, insignia o emblema” de organizaciones declaradas como criminales con base al Estatuto del Tribunal Militar Internacional, entre las cuales hay el partido nazi NSDAP. Es decir, la apología del nazismo también es delito en el Estado francés
En el Derecho penal italiano: el artículo 4 de la Legge 20 giugno 1952 prevé pena de prisión y multa para aquellos que hagan —dice literalmente— “apología del fascismo”, entendido como enaltecimiento o propaganda del fascismo o sus objetivos antidemocráticos
En nuestro Código Penal actual no permite castigar la apología del fascismo por sí sola. El artículo 18 CP, que prevé la apología del delito como acto preparatorio punible, sólo permite castigar el enaltecimiento de un crimen o de su autor, y no de una ideología determinada. La jurisprudencia ha dejado bien claro que este precepto no permite perseguir y castigar conductas que “sólo” enaltezcan a una ideología, por muy antidemocrática o peligrosa que esta pueda llegar a ser
Al Tribunal Constituciones tribunal examinó el recurso de apelación interpuesto por Pedro Varela, ex presidente del disuelto grupo filonazi Círculo Español de Amigos de Europa (Cedade) y propietario de la polémica Librería Europa, de Barcelona.
Un juez de lo penal condenó a Varela por distribuir y vender libros, carteles y vídeos «en los que de forma reiterada e inequívocamente vejatoria para el grupo social integrado por la comunidad judía se negaba la persecución y el genocidio sufridos por dicho pueblo». En las publicaciones que Varela vendía se exaltaba el régimen de Hitler y se defendían tesis revisionistas.
¿ Se podrá equiparar el art 607 bis a las legislaciones indicadas? o ¿ no tiene otro contenido más que castigar la difusión de ideas o doctrinas que nieguen o justifiquen determinados hechos históricos, lo que, choca con la libertad de expresión?
Rectifico la expresión «caverna» por apologetas del fascismo por exaltadores de la noche de los tiempos
Yo creo que de momento, con tener una ley que decreta quienes eran los buenos y quienes los malos, vais bien. Es la aportación socialista en este terreno. Lo de la persecución al discrepante en cuestiones de si carácter criminal o no del régimen franquista, pues hombre, todo se andará, pues podría acabar siendo consecuencia de la ley en vigor, como una vuelta de tuerca más en la línea comunista. De lo que las izquierdas pueden estar seguras y tranquilas es de que nunca les van a pedir que condenen al frente popular. Y de la revolución del 36, primero les tendrán que explicar honradamente qué fue eso, pues se les oculta sistemáticamente desde siempre, sobre todo en temas tan básicos como sus inicios, que en realidad arrancan de octubre del 34, y en el 36 yo diría que desde mucho antes del 18 de julio.
Puedes tener por seguro que la historia no se puede hacer ni desde el odio ni desde el resentimiento.